El Londres de su graciosa majestad

Quién hubiese imaginado hace unos años a Tom Jones cantando Sex bomb en el palacio de Buckingham. Con ocasión del Golden Jubilee, que conmemora los 50 años de Isabel II en el trono, la residencia oficial de la reina en Londres sirvió como escenario de un concierto gratuito que reunió la noche del 3 de junio a más de un millón de personas, y en el que actuaron viejas y nuevas figuras del rock y del pop, de Eric Clapton a Ricky Martin.

Además del concierto de Buckingham, habrá actividades durante todo el año. Por ejemplo, el London String of Pearls Festival, en el que participan más de 80 monumentos e instituciones londinenses -entre ellos, seis palacios y castillos reales de Londres y sus alrededores- con un programa de rutas guiadas, exposiciones y conciertos.

Torre de Londres

En sus casi mil años de historia, el monumento más visitado del Reino Unido -más de dos millones de personas al año- ha hecho perder la cabeza a más de uno. A siete, para ser más exactos. La Torre de Londres ha sido casa de la moneda, residencia real y armería, pero, sobre todo, prisión de los enemigos de la corona y lugar de ejecución de los reos de más abolengo (el resto era decapitado cerca de allí, en Tower Hill). Entre los que ofrecieron sus cuellos al verdugo en el césped que hay al pie de la Torre Blanca están Ana Bolena y Catalina Howard, dos de las esposas de Enrique VIII. El corsario y poeta Walter Raleigh pasó 13 años entre sus muros, y también el nazi Rudolph Hess, su último inquilino. Hoy custodia las joyas de la corona, entre las que se encuentran los diamantes Koh-i-Noor y La Estrella de África, los más grandes del mundo.

Buckingham Palace

En 1993, la reina consintió en abrir al público en verano su residencia oficial en Londres para sufragar la restauración del castillo de Windsor, que costó 54 millones de euros. Cuenta con una impresionante pinacoteca con obras de Vermeer, Rembrandt y Van Dyck.

Kensington Palace

Los adictos al papel cuché se encontrarán aquí a sus anchas: la última residencia de Lady Di exhibe una completa colección de sus vestidos. Otro punto fuerte de la visita a Kensington, que fue residencia de los monarcas británicos entre 1689 y 1760, es la gran escalinata de los apartamentos reales, con frescos trompe l'oil que muestran a casi todos los personajes de la corte del rey Jorge I.

Banqueting House

Este edificio de elegante estilo paladiano es todo lo que queda del fastuoso palacio de Whitehall. Al pie de uno de sus balcones se montó el cadalso donde, en 1649, el rey Carlos I fue decapitado tras ser juzgado por traición.

Hampton Court

El palacio preferido de Enrique VIII fue un regalo de Thomas Wolsey con el que el poderoso arzobispo trató (sin éxito) de ganarse el favor real. Situado a 21 kilómetros al suroeste de Londres, en un entorno de jardines a orillas del Támesis, su arquitectura armoniza el estilo Tudor del edificio original con el barroco inglés de la ampliación que Guillermo III encargó a Christopher Wren en 1689.

Windsor Castle

Un incendio destruyó en 1992 un ala entera de la residencia real más antigua y emblemática del Reino Unido, arrancándole a Isabel II aquello del annus horríbilis. Sus salas ofrecen un recorrido por 900 años de arte e historia.