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HUELGA GENERAL CONTRA EL 'DECRETAZO'

La basura inunda las calles de Málaga al tercer día de huelga

La continuidad o el levantamiento de la huelga de recogida de residuos en Málaga está sobre la mesa. Ayer, poco después de las 18.30, la empresa Limasa -encargada del servicio- y los sindicatos UGT, CCOO y CSIF se sentaron a negociar, cuando se cumplía la tercera jornada de paro. La sociedad -participada en un 51% por capital privado y en un 49% por el Ayuntamiento- convocó al comité a última hora de la mañana, pero no dejó trascender la oferta que llevaría a la reunión. El encuentro continuaba al cierre de esta edición.

La reunión se celebró en la tercera jornada de huelga, cuando ya había más de 1.000 toneladas de basura acumuladas en las calles de la capital. Durante estos días, los servicios mínimos, cifrados en torno al 20%, se han concentrado en mercados y hospitales para evitar problemas sanitarios y han recogido un tercio de los residuos generados por la población. Aún así, los efectos de la protesta eran evidentes ayer en toda la ciudad. Contenedores repletos de basura y bolsas esparcidas a su alrededor era una imagen que se repetía en cada esquina.

El escollo

El escollo de las negociaciones es el segundo día de descanso. Actualmente la plantilla trabaja 35 horas a la semana repartidas en seis días. La principal reivindicación de los sindicatos es que se reestructure la jornada de modo que se mantenga el cómputo semanal, pero que los trabajadores puedan descansar dos días. Los sindicatos han acusado a la empresa de haber participado en un 'simulacro' de negociación porque desde que comenzó en febrero, la discusión del convenio no ha avanzado ni un ápice. La empresa replica que conceder el segundo día de descanso y las mejoras retributivas que reclaman las centrales sindicales supondría un incremento del 36% de los costes, 'una escalada imposible de soportar'.

Hasta ahora las posiciones han estado muy encontradas. Tanto, que empresa y sindicatos ni siquiera han sido capaces de ponerse de acuerdo a la hora de distribuir los 224 trabajadores destinados a los servicios mínimos. Las organizaciones obreras acusaron a Limasa de pretender 'sabotear' la huelga ya que la empresa pretendía concentrarlos en la recogida de basura 'para paliar los efectos de la protesta'. Incluso los sindicatos apuntaban que varias veces había intentado sacar más servicios mínimos de los estipulados por la Junta.

Ignacio Menéndez, gerente de la empresa, detalló que de las 750 toneladas diarias de basura que genera la ciudad, desde que comenzó el paro se han estado recogiendo unas 250 por día. Además, denunció que el día de la huelga general fueron quemados 'entre 20 y 30' contenedores, aunque dijo que desconocía la autoría de estos hechos vandálidos: 'No sabemos quiénes han sido'.

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