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HUELGA GENERAL CONTRA EL 'DECRETAZO'

Llamazares se va de piquete con su 'sindicato'

Carlos E. Cué

Son las dos de la tarde, el sol cae a plomo sobre Sevilla, y Gaspar Llamazares se pone una gorra... con el logotipo de Comisiones Obreras. Un gesto casual pero impensable hace unos años, que resume el papel de Izquierda Unida en esta huelga: el de tercer sindicato, volcado en el éxito del paro. Más de 1.000 actos ha puesto en marcha la coalición, según su coordinador general, que se ha recorrido casi toda España.

Los líderes de IU han llegado al extremo de protagonizar los grandes piquetes de la madrugada junto a los sindicalistas. La noche empezó optimista. Llamazares estaba con José María Fidalgo (CC OO) y Cándido Méndez (UGT) en un superpiquete para bloquear Mercasevilla. Y lo lograron. Pero enseguida llegan las primeras malas noticias: 'El metro de Madrid no va a parar, algunos periódicos van a salir y las teles siguen ahí', asume Fidalgo. Méndez se enfada y Llamazares, sorprendido, se preocupa: 'Creía que lo del metro estaba más controlado'.

La noche pasa. Por la mañana, la sensación es alentadora: las calles de Sevilla están casi vacías. Otra vez Llamazares se va de piquete, ahora a la Torre Triana, un centro administrativo. Y allí se ve uno de los puntos débiles de la huelga: los funcionarios trabajan. 'Siempre se escaquean, y precisamente hoy, vienen todos', comenta indignado un piquetero, el único de su sección que hace huelga.

Ilusión

La mañana avanza pero Sevilla parece dormida. En el centro todo está cerrado. No hay ni un autobús, ni taxis, y apenas circulan los coches. Llamazares y los suyos comienzan a ilusionarse. Pero al llegar a la sede de CC OO viene el varapalo: el Gobierno niega que la huelga sea general. Llega Fidalgo, que está sin voz, pero exultante. Llamazares comienza a recibir datos y coincide con el sindicalista: 'Se ha parado el tejido productivo del país'. Méndez, también radiante aunque apenas ha dormido, charla con Llamazares: 'No se dan cuenta, ésto no ha hecho más que empezar'.

Alguien ha bloqueado la entrada a la sede de IU en Sevilla. 'En casa del herrero, cuchillo de palo', se ríe el coordinador general. Francisco Frutos, líder del PCE, se muere por un café pero no quiere ir a un bar 'para que no trabaje un camarero'.

La vuelta a Madrid en coche anima aún más al líder de IU. Prácticamente no hay coches, los polígonos industriales están desiertos, kilómetros de campo y ni un solo tractor, no sale humo de las fábricas, las gasolineras están cerradas... pero la radio ofrece la letanía del Gobierno: no hay huelga. Llamazares sentencia: 'Es como el parte franquista. Como entonces, habrá que leer la prensa extranjera para enterarse'.

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