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Crónica
Texto informativo con interpretación

La trama de la sucesión

La eliminación de Argentina abre una guerra de intereses en torno al banquillo de la selección

El fútbol no constituye a un país, pero le muestra cuando es una verdadera pasión nacional. La trama de la sucesión del entrenador Marcelo Bielsa tras la eliminación de Argentina de la Copa del Mundo expone las miserias de la clase dirigente y la crisis que atraviesa el sistema. En apariencia el trámite debía ser sencillo: evaluar el trabajo del entrenador y decidir antes del próximo 30 de junio si se le renueva o no el contrato. Para eso está el director general y entrenador de los juveniles, José Pekerman, encargado de elevar un informe al Comité Ejecutivo de la Asociación del Fútbol Argentino(AFA) que preside el capo Julio Grondona, también vicepresidente de la FIFA.

Pero así como el futuro económico de Argentina depende de la negociación con el Fondo Monetario, la AFA debe someter sus decisiones a la empresa Torneos y Competencias (TyC) a la que Grondona le cedió, a cambio de favores diversos, los derechos exclusivos de retransmisión del fútbol hasta 2014. La cadena multimedia funciona en los hechos como prestamista y patrocinador de última instancia para los clubes con pasivos impagables, tiene el monopolio de las imágenes, de la opinión y el poder de veto sobre cualquier decisión.

Un independiente como Bielsa, que no facilitaba negocios a los intermediarios, ni promociones publicitarias, ni aceptaba dinero extra por participar en anuncios, ni les concedía a los periodistas de TyC, ni a los de ningún otro medio, entrevistas exclusivas, sólo pudo mantenerse en el cargo porque el equipo respondía en el campo. Nadie se animó a criticarle abiertamente mientras ganaba. Hasta que perdió.

La guillotina de TyC cae ahora una y otra vez sobre Bielsa. Desde todos los programas de la cadena, por radio y televisión, las hienas cumplen fielmente la orden de acabar con los restos del todavía entrenador, piden además la renuncia de Pekerman y proponen en su reemplazo a Carlos Bilardo, el ex entrenador de Argentina en 1986, fracasado luego en el Sevilla y el Boca, actual empleado de TyC, y al ex jugador de River, Boca, San Lorenzo y Real Madrid, Oscar Ruggeri, también colaborador de TyC.

Las encuestas de los periódicos nacionales, Clarín y La Nación , y del deportivo Olé indican que los aficionados se inclinan masivamente por Carlos Bianchi, el ex entrenador del Boca y del Vélez, para sustituir a Bielsa si es que decide no continuar en el cargo. Por debajo de ellos aparece Héctor Cúper, ex entrenador del Valencia y actual del Inter de Milán. Ni Bilardo, ni Ruggeri, ni el propio Maradona, al que quieren atar al paquete, recogen porcentajes significativos de votos favorables.

¿Por qué no Bianchi, entonces? Pues, según dicen los testimonios fuera de registro recogidos en los pasillos del poder, 'no se lleva bien con la empresa'. No le quieren porque tiene criterio propio como Bielsa, pone límites a los periodistas y no permite que le digan a qué jugadores debe llamar y cómo debe integrar el equipo. Este último punto debe leerse así: 'no deja hacer negocios a los representantes, intermediarios y periodistas'. Cuando un jugador es convocado a integrar la selección, aún cuando juegue sólo tres o cuatro partidos, se cotiza el doble si está a punto de ser traspasado al exterior.

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