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El beneficio de MCC cae por segundo año consecutivo arrastrado por su grupo industrial

La empresa espera crear este año 5.000 nuevos empleos

Mondragón Corporación Cooperativa (MCC), el primer grupo empresarial del País Vasco, redujo sus beneficios en 2001 por segundo año consecutivo. El grupo ganó el pasado ejercicio 335 millones de euros, un 8,7% menos que en 2000, año que vio caer también sus resultados, en este caso un 11%. Si entonces el descenso estuvo determinado por la mala marcha de Lagun Aro, la mutualidad y entidad de previsión del grupo, este año la responsabilidad de la situación está en la división industrial, cuyos beneficios han caído un 17%. Incluso, los resultados de Lagun Aro han sido esta vez directamente excluidos de la cuenta de pérdidas y ganancias de la corporación, pues al no desarrollar 'una actividad mercantil su cuenta de resultados no guarda la necesaria conexión con el resto de las unidades de MCC', en palabras de su presidente, Jesús Catania.

José María Aldecoa, vicepresidente de MCC y responsable de la división industrial, atribuyó las causas de la caída a la situación económica de los países de Mercosur: por un lado, las instalaciones en Argentina se encuentran paradas, limitándose a cumplir sus compromisos y esperar que ese país estabilice su economía para poder funcionar. Por otro, Brasil no crece al ritmo esperado. MCC, como la mayoría de los fabricantes de componentes de automoción, siguió a este país a los productores mundiales de coches. Las previsiones eran que 2001 se fabricarían más de tres millones de vehículos al año y, sin embargo, la cifra se mantiene en la mitad, como en 1996. Los responsables del grupo esperan que mejore la coyuntura internacional y las instalaciones en Brasil puedan funcionar a un ritmo adecuado.

La confianza de MCC es tal que Catania señaló ayer que esperan un aumento del resultado el próximo ejercicio de un 5% y que las ventas conjuntas de sus grupos industrial y de distribución crezcan un 14%.

Ambos grupos juntos vendieron el año pasado por un total de 8.106 millones de euros.

MCC espera también sumar a finales de año un total de 65.200 nuevos empleos, 5.000 más que en 2001, de los que 2.700 corresponderán a la entrada en la corporación de Ampo, Ecenarro y el Grupo Ulma. A finales del año pasado, MCC disponía de 34 plantas en el exterior, que concentraban el 18% de la plantilla industrial y el 10% de las ventas. La división industrial facturó el pasado año 3.475 millones de euros, de los que un 51% correspondía a las ventas internacionales (exportaciones más ventas directas en el extranjero), con 1.769 millones.

El grupo de distribución (Eroski) aumentó su beneficio casi un 13%, mientras que la división financiera cerró en niveles similares a los del ejercicio precedente, aunque ligeramente a la baja.

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Respecto a otras actuaciones en el exterior este año, MCC trabaja en proyectos en la República Checa, Polonia y Alemania, así como China y probablemente en México. Catania mostró su deseo de que MCC mantenga su objetivo de contar con 59 plantas productivas en el exterior en 2004, pero restó dramatismo a la posibilidad de que parte de ellas se aplacen algo más debido a la coyuntura internacional.

El vicepresidente de MCC y responsable del área de distribución, Constan Dacosta, anunció que las ventas de esta filial se situarán este año en torno a los 5.000 millones de euros. Dacosta adelantó que Eroski tiene previsto ampliar su red comercial con 10 nuevos hipermercados y 100 supermercados, además de 20 oficinas de viajes y una cifra similar de tiendas especializadas en droguería. Hasta ahora, el Grupo Eroski se ha desarrollado gracias a su endeudamiento y el no reparto de beneficio a los socios cooperativistas. Eroski, que no puede acudir al mercado de valores al ser una cooperativa, ha buscado una fórmula que le permita seguir incrementando su tamaño y poder competir en el duro mercado de la distribución.

Así, Eroski ha decidido sacar al mercado aportaciones subordinadas que le pueden reportar hasta 60 millones de euros. Este sistema para captar recursos propios está previsto en la Ley de Cooperativas vasca y precisa la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Está abierto tanto a los socios como a personas ajenas a la cooperativa y la aportación mínima es de 1.000 euros. La remuneración será del euribor más tres puntos.

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