El partido de Le Pen se queda sin escaños en la Asamblea

El Frente Nacional (FN) seguirá sin diputados. En 1986, gracias a la introducción de una cierta dosis de proporcionalidad en el reparto de escaños, había logrado enviar 35 a la Asamblea Nacional. Pero esta vez, con el sistema mayoritario, han vuelto a quedarse a cero. 'Dos de cada tres franceses no tienen diputado que les represente. Para que exista un diputado comunista pueden bastar 20.000 votos pero seis millones de votos del FN no se traducen en nada', resumía ayer Jean Claude Martínez, portavoz del FN ante el Parlamento Europeo. Para el líder del partido ultraderechista de Jean-Marie Le Pen, la nueva asamblea será 'una representación fantasma del país'. Marine Le Pen, candidata derrotada en Lens, explicó la gran abstención porque 'muchos millones de electores quedan marginados del Parlamento. El sistema electoral francés es arcaico y crea una barrera cada vez mayor entre las instituciones y los ciudadanos'.

La realidad es que el FN no logró, una vez más, que los resultados del partido estuvieran a la altura de los de su máximo dirigente. La lógica del caudillismo impide que las segundas figuras puedan emerger incluso cuando el jefe no se presenta. 'Es mejor no tener diputados pues hubieran tenido que comprometerse con una Asamblea no representativa', dijo Le Pen.

Como tras cada elección desfavorable, el FN reivindicó el cambio de sistema electoral. 'Dado que el presidente Chirac dice ser favorable al referendo de iniciativa popular, le tomamos la palabra y pediremos que se vote para introducir la proporcional en todas las elecciones', dijo la hija de Le Pen.

Es cierto que la distorsión de la representación del voto popular alimenta la abstención. El 10% de los votos trotskistas en las presidenciales no ha encontrado cómo canalizarse en las legislativas. El 5% que se dejó arrastrar por la aventura suicida de Jean-Pierre Chevènement tampoco ha creído que mereciera la pena insistir en ella.