Bueno, bonito y muy práctico
Todo en uno. El Honda Jazz es un utilitario con vocación de coche único. Si no fuera por su pequeño motor de 1,2 litros, un poco justo para viajar, podría cubrir casi todas las necesidades de una familia media con uno o dos niños. Y es que, a pesar de sus compactas medidas exteriores, ofrece un interior amplio, muy flexible y, sobre todo, práctico. Además, incluye un buen equipo de serie y tiene unos precios correctos.
El coche de moda en Japón
El Jazz salió a la venta en Japón el año pasado y se convirtió enseguida en el modelo más vendido. Una de las claves del éxito, aparte de su sentido práctico, es la línea. Tiene una carrocería monovolumen de cinco puertas, pero menos alta (1,52 metros) y más estilizada de lo habitual. Y aporta un diseño cuidado y atractivo que marca la diferencia con la imagen de furgoneta de otros rivales.
En el frontal destacan los faros, muy modernos, y la inclinación del parabrisas, que enlaza armoniosamente con el morro. El lateral recurre a un techo curvado en la zona de atrás e incluye tres cristales para aligerar la figura. Y el portón trasero está resuelto con estilo. Además, los parachoques están bien integrados, son del color de la carrocería y contribuyen a reforzar una imagen sólida y con un ligero toque deportivo. El resultado es un coche simpático con la clase y personalidad necesarias para distinguirse del resto.
El Jazz tiene la virtud de hacer compatible el sentido práctico y el atractivo estético. Aplica las mismas soluciones del nuevo Civic para comprimir la mecánica (motor, suspensiones, depósito...) y destina el espacio ganado a ampliar el interior. Y, a pesar de tener una longitud de sólo 3,83 metros -12 centímetros menos que el nuevo Ibiza-, es uno de los utilitarios más amplios por dentro.
Esta cualidad se aprecia a primera vista. Tiene unos asientos grandes delante y una posición alta y muy natural. Atrás ofrece un espacio espectacular para las piernas teniendo en cuenta su tamaño, aunque con unos asientos algo duros. Y el maletero es más grande que el de casi todos los coches de su tamaño.
Aportaciones muy originales
Aparte de ser muy desahogado por dentro, el nuevo Honda presenta un diseño muy original que permite aprovechar al máximo el espacio y variar la configuración de los asientos en un momento. Ésta es su gran aportación. Las plazas traseras se pliegan hacia delante y dejan todo el piso plano. Y el respaldo del copiloto también se recoge y permite cargar bultos de hasta 2,9 metros de longitud, casi lo que mide el coche. Sin embargo, lo más novedoso está en los asientos traseros, que estrenan una función muy original: la banqueta de atrás se levanta por partes y queda sujeta en vertical contra el respaldo, lo que permite crear una nueva zona de carga para llevar bultos altos o cualquier otro utensilio (cunas, carritos, plantas...). Además, todas las operaciones se hacen de forma sencilla, en un instante y sin esfuerzo: basta pulsar una tecla o levantar la base del asiento.
Versión única
La flexibilidad interior se combina con un diseño atractivo y moderno que incluye muchos accesorios para objetos. El salpicadero tiene clase y lleva una práctica repisa que recorre toda la base. Hay también otro hueco y dos posavasos delante del cambio, una buena guantera, bolsas en las puertas y detrás de los respaldos, otros dos posavasos detrás... Todo el interior está bien acabado, con materiales vistosos, plásticos de calidad y un estilo atractivo, tanto en las tapicerías como en los detalles, que lo sitúan un escalón por encima de los utilitarios populares.
El Jazz completa su oferta con una mecánica moderna y austera. Sólo se vende con un motor 1.2i DSI de 78 CV acoplado a un cambio manual de cinco marchas. Y ofrece el consumo medio más bajo del mercado en gasolina. Cuesta 13.800 euros, pero incluye de serie todo lo importante: doble airbag, ABS, aire acondicionado y radio-CD, además de los detalles habituales. Y aunque es más caro que otros coches de su tamaño, a igualdad de equipamiento acaba saliendo casi igual y cuenta con tres años de garantía.
Conclusión
El Jazz es uno de los utilitarios más modernos y completos. Tiene una línea atractiva, un motor de gasolina que corre lo suficiente y gasta poco, y un interior muy amplio y flexible que se adapta a todo. Además, ofrece una calidad superior a la media y sólo cuesta un poco más, pero lo justifica con un equipamiento de serie superior.
AL DETALLE
- NO TAN CARO COMO PARECE El Jazz es más caro que casi todos sus rivales, pero viene mejor equipado: doble airbag, ABS, aire y radio-CD. Además, su motor 1.2 de gasolina corre como los 1.4 de sus rivales y gasta algo menos. Y tiene un interior amplio y más modulable. El Honda sale 4.650 euros más barato que el A2 1.4 (cuatro airbags y ESP). En cambio, cuesta 830 euros más que el Citroën C3 1.4 (cuatro airbags y aire de serie, pero sin ABS), 1.100 euros más que el Ibiza 1.4 (dos airbags y ABS, pero sin aire) y 1.400 euros más que el Polo (cuatro airbags, pero sin aire ni ABS). - SOLUCIONES IMAGINATIVAS La sensación de calidad es una de las mejores virtudes del Jazz. Y se aprecia en el diseño cuidado del cuadro de instrumentos y el salpicadero, el aspecto de los materiales y el atractivo del conjunto. Además, no renuncia a la funcionalidad y lleva una bandeja que recorre la base del frontal y resulta muy cómoda para dejar pequeños objetos. Pero lo mejor son las soluciones prácticas, como el diseño del asiento trasero, que permite levantar la banqueta y plegarla contra el frontal del respaldo para crear una segunda área de carga independiente del maletero. Además, sólo hay que tirar de la base y no exige ningún esfuerzo. Los asientos traseros también se pliegan por partes y dejan el piso plano. Cuenta con un maletero muy amplio que se puede llenar hasta el techo. La zaga está resuelta con sencillez, porque tiene un estilo simpático y moderno.
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