'Hay elementos de convergencia con ELA para sacudir la coyuntura política y social'

Rafael Díez Usabiaga, secretario general de LAB, (Lasarte, 45 años), cree que la huelga del día 19 debe reivindicar el marco vasco de decisión. En todo caso, dice que este paro, con la especificidad propia, se convoca también 'en solidaridad con los trabajadores del Estado español que van a ser también objeto de esa agresión del PP'.

Pregunta. ¿Por qué LAB se une en la negociación colectiva con CC OO y UGT y en la huelga general, contra lo que consideran un ataque a todos los trabajadores, va por separado?

Respuesta. En la negociación colectiva se dan niveles de confluencia de distinta naturaleza, todos pactan con todos. Nada más lejos de la realidad sacar de eso conclusiones de otro tipo. En la huelga estamos ante una reforma del desempleo que merece una respuesta contundente desde Euskal Herria. Por eso decimos no a la imposición del PP y sí al marco vasco.

P. ¿El hecho de que en Euskadi haya un pulso sindical con dos días de huelga va hacer que se pierda el objetivo?

R. Hubiera sido posible coincidir todos el 19, como palanca a la huelga del día siguiente en el Estado, con un no a la reforma del PP, pero CC OO y UGT quieren que el sindicalismo abertzale sea una sucursal.

P. Pero ellos dicen que ustedes les habían manifestado que se sumarían a la huelga.

R. Creemos que sumarse era ir a la huelga general el 19. No entendemos su criterio de suma como si fuera la zona norte de España y como si el sindicalismo abertzale no tuviera sus especificidades.

P. Desde ELA dicen que le separa de LAB la violencia y la negociación colectiva. ¿Sólo confluyen cuando hay un objetivo soberanista?

R. Con la convocatoria del 19 se ve que ELA y LAB tenemos elementos sustanciales de coincidencia como alternativa para este país en lo político y en lo social. Ahora, en ELA hay una línea de acción sindical contradictoria e incoherente, fundamentalmente en los convenios sectoriales de carácter provincial.

P. ¿Está la huelga condenada al fracaso por la división?

R. Hay 700 empresas de más de 50 trabajadores que tienen decidida la huelga para el 19. El efecto va a ser importante en los cuatro herrialdes con sus lógicos desequilibrios.

P. Volviendo a la relación con ELA. ¿Va a ser difícil tras la huelga coincidir?

R. La experiencia de la huelga nos puede crear condiciones para reflexionar. Pensamos que el sindicalismo abertzale tiene una fuerza organizativa indudable y en un contexto de confrontación que vivimos debe recuperar su capacidad de acción política y sindical. Estamos convencidos de que tenemos elementos de convergencia en los próximos meses para que la mayoría sindical pueda de nuevo sacudir el conjunto de la coyuntura política y social.

P. ¿No se pierde una oportunidad de unidad de acción?

R. La unidad hay que trabajarla a diario. No vamos a sacarles las huelgas a UGT y CC OO y luego quedar tirados como una colilla.

P. Pero ETA supone un freno a la unidad de acción sindical en Euskadi.

R. Hace un par de meses firmamos todos contra la agresión al pueblo palestino. En ese documento se hablaba del derecho de autodeterminación y de la independencia del pueblo palestino. Todavía hay esperanzas para que todas las organizaciones sindicales digamos que en este país hay un conflicto y que se necesita diálogo para solucionarlo democráticamente, y que hay que superar todas las situaciones de violencia. Estamos en Euskal Herria y queremos que se respete la voluntad mayoritaria de toda la sociedad vasca. Aquí hay sitio para independentistas, autonomistas, para españolistas o para soberanistas. Hay sitio para todos. Con esta filosofía se podría empezar a hablar de unidad de acción.

P. ¿No sería necesario, como un paso previo, que se acabara con la violencia de ETA, los asesinatos?

R. Creemos que es necesario superar la situación de confrontación. Las actuaciónes de ETA están ahí y las del Estado están ahí. Una de las grandes aportaciones que deberíamos hacer y podríamos hacer el conjunto de los sindicatos, con UGT y CC OO, es ser agentes de resolución del conflicto político vasco. El sindicalismo que no tiene lastres en el ámbito institucional, que no se juega nada desde un punto de vista de los interes políticos prácticos que dominan a los partidos, sí que es un agente que podría tener elementos de confluencia y convergencia para un escenario definitivo de resolución de la violencia de ETA y del conjunto de las violencias que existen en este país.