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Crónica:OPEN DE EE UU | GOLF
Crónica
Texto informativo con interpretación

Sólo Tiger Woods sobrevive en un campo imposible

Carlos Arribas

En el campo municipal de Bethpage (Long Island, Nueva York) los forecaddies todavía tienen trabajo. Armados con banderitas amarillas vigilan desde el rough el vuelo de las bolas. Corren rápido cuando una cae en la hierba alta para no perderla de vista, la ven y la señalan, la marcan clavando la banderita amarilla a su lado. 'Si no, los jugadores perderían horas buscándolas', explican, orgullosos. No es extraño. En el campo negro del parque de Bethpage se juega el Open de Estados Unidos y, como todo el mundo sabe, en este torneo, el segundo grande del año, el rough es el rey. Hay más preocupación por su estado que por el de la hierba del green. El de Bethpage, más en concreto, está compuesto de espesa grama que se sembró hace dos años. Después se segó muy corta y se echó más semilla aún. Un cuidadoso programa de siega y resiembra dio como resultado lo que estos días hace sufrir a los mejores jugadores del mundo: el infierno.

'Este campo es brutal, y si cometes un error, lo pagas', dijo Tiger Woods. 'No pegué todos los golpes que necesitaba y lo pagué'. Lo dijo Woods y lo dijo sin ironía pese a que fue el único jugador que salió indemne de las amenazas combinadas del terrible campo y de una lluvia incesante que empapó calles, greenes, roughs y golfistas por igual. El jugador americano de 26 años que busca convertirse en el primero desde Jack Nicklaus en 1972 que gana los dos primeros grandes del año, hizo dos bogeys, lo que no le gustó mucho, claro, pero compensó con cuatro birdies y algunos golpes geniales para par. Terminó -2, lo que le deja en -5 tras las dos primeras jornadas y, al cierre de esta edición, no sólo era el líder destacado sino uno de los dos únicos (con el coreano Choi) que estaban bajo par. Al par había dos, el irlandés amante de la lluvia Harrington, y el americano Hart, y en +1 media docena de jugadores, entre ellos Sergio García (un doble bogey, dos bogeys y un birdie en los ocho primeros hoyos) y José María Olazábal (par en los cuatro primeros). El corte estaba previsto en +10.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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