Esperando a los 'cracks'
Inglaterra necesita que funcione por fin la conexión Beckham-Owen para derrotar a Dinamarca
Si al sueco Sven-Goran Eriksson le hubieran sugerido hace un par de semanas que el rival de Inglaterra en los octavos de final sería Dinamarca, cuando lo que todo el mundo esperaba era que fuese Francia, habría dicho algo así como: 'Ojalá, pero eso no ocurrirá ni en sueños'.
Habría dicho 'ojalá' porque Eriksson sabe que, jugador por jugador, la selección inglesa es mucho mejor. Los daneses juegan casi todos en equipos ingleses de segunda categoría. Por contra, los que él tiene a su mando son los aristócratas de la Premier League. Pero si van a ganar contra Dinamarca, si no van a caer de la misma manera que han caído los argentinos y los franceses contra equipos tecnicamente inferiores, lo que va a tener que ocurrir es que los cracks de la selección inglesa van a tener que jugar como tales.
A eso se refiere Eriksson cuando dice que Inglaterra puede jugar mucho mejor de cómo lo ha hecho en la primera fase, cuando dice que Inglaterra es capaz de jugar 'de maravilla'.
Ha llegado la hora de las dos grandes figuras del fútbol inglés. Ni Beckham ni Owen han jugado al nivel que pueden. Están en la lista de los diez jugadores más cotizados en el mercado internacional. O quizás la lista sea más corta. Son jovenes, en el campo desequilibran, fuera de él venden camisetas... ¿Cuánto pagaría el Madrid por un Beckham en la banda derecha? ¿Cuánto ofrecería Fabio Capello por Owen, un goleador capaz de correr más que nadie detrás de los balones largos?
Pero hasta ahora los que han marcado la diferencia para la selección inglesa, los que la han llevado a los octavos de final, han sido los que ni desequilibran ni venden camisetas. Jugadores como Campbell, el rudo central del Arsenal, y Butt, el eterno suplente de Roy Keane en el Manchester. Lo cual explica por qué la selección ha sido criticada en Inglaterra por jugar exageradamente a la defensiva.
A los daneses les sobran jugadores de la categoría de Campbell y Butt. Voluntariosos, fuertes, que no se doblan ante nada ni nadie. Para Inglaterra lo que importará hoy y en el resto el Mundial, si es que lo hay para ella, es que las superestrellas del Manchester y el Liverpool demuestren lo mejor de lo que son capaces. Si no lo hacen, si siguen como hasta ahora sin acabar de explotar, Inglaterra seguramente perderá hoy o, si no, contra los brasileños en los cuartos.
Owen no ha anotado un gol en cuatro partidos, el ayuno más largo desde que comenzó su carrera internacional. Beckham convirtió el penalti contra los argentinos, pero, tras ocho semanas recuperándose de una lesión, le está costando entrar en ritmo. Pero ya no tiene más excusas. Tres partidos son suficientes para volver a la plena forma. Hay una conexión entre la lesión de Beckham y la falta de gol de Owen. Owen se nutre de los pases y los centros de Beckham. Si Beckham vuelve a dar de comer al tigrecillo, como hizo en el 1-5 a Alemania, en septiembre, puede pasar cualquier cosa.
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