El presidente del Constitucional pide 'inventar' otro sistema de justicia
Jiménez de Parga dice que el Parlamento 'está fuera del tiempo'
El presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, se mostró ayer a favor de 'inventar' un nuevo sistema de administrar justicia conforme a las posibilidades técnicas del siglo XXI, ya que el actual sistema funcionó aceptablemente en el siglo XIX, pero hoy resulta ya 'inadecuado'. Jiménez de Parga presentó ayer la Memoria del tribunal en 2001, de la que destacó el 'agobio' por el número de asuntos.
El presidente del Tribunal Constitucional aseguró que el actual sistema judicial se ideó en el siglo XIX y que aunque ahora se está intentado modificar, resulta inadecuado. 'Si sólo se trata de retocarlo pero no de cambiarlo, soy pesimista', dijo. 'Por muchos retoques que se le hagan hay que cambiar el sistema'.
Jiménez de Parga indicó que la Administración de justicia en España es 'lenta, cara e insegura', pero que eso mismo sucede en otros países del continente, como Francia, Italia o Suiza. 'Asombra que en Suiza, el país donde parece que todo funciona como un reloj, la justicia adolezca los mismos males que aquí, pero puedo asegurarles que incluso funciona peor'.
El presidente apuntó como causa de esos mismos males de la justicia un sistema judicial que dura ya 'más de un siglo en el continente europeo' y que, insistió, 'hay que cambiar por completo'.
Indicó no obstante que aunque la justicia en España tiene mala fama y una valoración 'poco estimable' en las encuestas, las estadísticas del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) muestran una situación 'admirable' respecto a otros países europeos.
En ese sentido, destacó que el Tribunal de Estrasburgo, desde el 1 de noviembre de 1998 hasta este año, sólo ha fallado en seis ocasiones contra España mientras que las sentencias que han constatado vulneraciones de derechos fundamentales ascienden a 636 contra Italia, 97 contra Francia, 47 contra el Reino Unido y 15 contra Alemania.
El papel del Parlamento
En el curso de una extensa disquisición sobre la globalización, el presidente del Constitucional dijo, como ejemplo del poder de las nuevas tecnologías, que el Parlamento es una institución que 'está completamente fuera del tiempo'. Jiménez de Parga agregó que, lo mismo que sucede en Francia o Italia, a los diputados no les interesa dar un mensaje ante 40 o 50 de sus compañeros 'salvo que estén transmitiendo en directo'.
En un inciso pidió 'que nadie se vaya a enfadar' -hoy tiene que asistir en el Congreso a la celebración del 25 aniversario de las elecciones democráticas,- pero abundó en que los principales argumentos se reservan 'para los pasillos, ante las cámaras' de televisión, que llegan a audiencias de 5, 10 o 15 millones de espectadores. En ese sentido planteó la extensión de las nuevas tecnologías a una institución como la justicia, en la que hasta hace algunos años 'los procuradores copiaban a mano los escritos' cuando ahora todo eso se puede transcribir al momento.
Sobre la carga de trabajo que pesa sobre el Tribunal, destacó que en 2001 llegaron 6.934 asuntos, aunque se mostró contrario a limitar los asuntos 'estableciendo una cuantificación de los derechos fundamentales'.
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