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Reportaje:Portugal | El desenlace del Grupo D | Mundial 2002

El poder fáctico

Figo y Rui Costa marcan la pauta en Portugal ante su encuentro decisivo con el anfitrión

Robert Álvarez

El presidente de la federación se ve en la necesidad de ratificar el contrato del seleccionador hasta 2004 mientras que uno de los veteranos reivindica un peso específico en el equipo. Síntomas de la tensión que se respira en la concentración de la selección portuguesa ante el partido de hoy, en el que se juega su continuidad en el Mundial ante la selección anfitriona, Corea del Sur, en el estadio de Incheon, a unos 50 kilómetros de la capital, Seúl.

João Pinto, el delantero del Sporting de Lisboa, se suelta la lengua. Exige algo más que un puesto en el equipo titular. No le gustó un pelo que Rui Costa, en el partido ante Polonia, le relevara cuando no había transcurrido una hora de juego. 'No entiendo que mi inclusión en el equipo sea constantemente cuestionada', asevera.

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Es João Pinto uno de los veteranos de la selección, uno de los que ganó hace once años el Mundial sub 21. No ignora el poder fáctico que ejercen sus compañeros de fatigas desde aquella cita, Figo y Rui Costa. El delantero del Madrid y el centrocampista del Milan no sólo ejercen su influencia sobre el terreno de juego. En la Eurocopa, hace dos años, Figo y Rui Costa, en el segundo partido, ante Rumania, se acercaron al banquillo para aconsejar al técnico de entonces, Humberto Coelho, sobre los relevos que necesitaba el equipo. Apenas quedaba tiempo. Paulo Sousa dijo que él, con tan poco margen, no saltaba al terreno de juego. Da Costa fue el designado y precisamente el que marcó in extremis el gol de la victoria.

'Si los entrenadores y los dirigentes nos dan tanta importancia no es porque queramos decidir y mandar, sino por nuestra experiencia y porque amamos al equipo nacional. Para nosotros es como si se tratara de un club. Pero no aprovechamos este hecho a título individual', cuenta Rui Costa.

El seleccionador en este Mundial, Antonio Oliveira, ratificado en su cargo hasta la Eurocopa 2004, que se disputará en Portugal, advierte de la trascendencia del partido contra Corea: 'Es como una final en la que podemos perder y no ganar nada. Será un partido para campeones, para aquéllos que estén bien preparados y sean capaces de superar la adversidad y la presión'.

Recuperados de sus lesiones Abel Xavier y Paulo Sousa, Oliveira podrá contar con todos sus efectivos. Es probable que Abel Xavier relegue a Frechaut al banquillo y que Rui Costa no sea titular.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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