'Perdón por la tristeza'
Los jugadores y el entrenador argentinos lamentan el dolor causado a su nación por una eliminación que consideran injusta
Se echaron las manos a la cabeza y se cubrieron la cara, ocultando las lágrimas, tapando la luz, como intentando esconderse de la terrible realidad. El árbitro acababa de pitar el final del partido y la escena que ofrecían los jugadores argentinos, los suplentes, el entrenador..., recordaba las imágenes de la desesperación y el sufrimiento que uno ve en las noticias que salen de Palestina o en los cuadros de Goya o El Bosco.
No es para tanto, dirán algunos. Argentina ha quedado eliminada en la primera fase del Mundial tras disputar tres partidos cuando todo el mundo, sin excluir al sufrido pueblo argentino, creía que iba a ganar el torneo. Sí, bien, pero nadie murió. Y los jugadores siguen siendo tan multimillonarios como antes del encuentro. Es verdad, pero la decepción que sentían ayer los jugadores, y los millones de ciudadanos argentinos que, en plena crisis, habían invertido tanta esperanza en su actuación en este Mundial también era verdadera.
Todo es relativo, pero el dolor que causó la eliminación argentina entre los jugadores y la hinchada nacional más fanática fue sincero, profundo y terrible. Y hay que respetarlo. Como hay que respetar a Batistuta, el máximo goleador en la historia del fútbol argentino, y las lágrimas que derramó ayer al ver cómo concluía su gloriosa carrera internacional. 'Ésta fue mi despedida de la selección y, realmente, habría preferido otro final, pero la eliminación de Argentina no cambia mi decisión', declaró con los ojos todavía rojos. 'No me queda nada dentro', dijo; 'me voy triste, pero no me reprocho nada. Estoy muy triste porque vinimos a Asia a buscar la Copa del Mundo y no se nos ha dado. Pero éste ha sido un ciclo que igualmente tuvo mucho valor para la selección argentina'
Batistuta insistió, como todos sus compañeros, en que se habían merecido más. No sólo fue mejor Argentina que Inglaterra y Suecia, sino que, según Batistuta, fue 'el equipo que mejor juega'. 'Sólo que la pelota no quiso entrar. Es una gran amargura. Dimos lo mejor que teníamos, pero los dos últimos partidos acabaron condenándonos'.
Verón, como Batistuta, un aristócrata del fútbol vencido esta vez por los artesanos ingleses y suecos, pidió perdón al pueblo argentino por la eliminación. 'Llegamos a la portería tocando. Jugamos bien. Pero lamentablemente se dio así', declaró; 'cuando el gol no te toca, la pelota no quiere entrar. Pido perdón por no haber podido dar la alegría que la gente esperaba. Éste es el peor momento de mi vida'.
Pero los jugadores argentinos se van a sus casas convencidos al menos de que su filosofia del fútbol es la más admirable del mundo. 'Nos vamos con las manos vacías y mucho antes de lo que habíamos pensado', advirtió Sorín; 'veníamos con hambre de todo, soñábamos con gloria, fuimos al frente, dejamos todo y fuimos fieles a lo que pensábamos siempre'.
Marcelo Bielsa, el entrenador -el filósofo- de la selección argentina, aseguró después del partido que siente 'muchísima tristeza y desilusión'. Bielsa explicó que Argentina había afrontado contra Suecia una situación parecida a la que padeció el pasado viernes ante Inglaterra, cuando jugó contra un equipo con muchos defensores en su área, 'pero multiplicada varias veces' por la cantidad de situaciones de gol que había creado. Argentina regresa a casa, dijo, 'no por merecimientos, sino por resultados'. 'Si tengo que comentar los merecimientos, he de decir que debimos ganar el partido con Suecia, lo cual ha sido evidente', añadió Bielsa, quien, al ser preguntado por lo que le había faltado a su equipo, respondió, frío y tajante: 'Marcar goles'.
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