Aznar advierte a los sindicatos de que 'podía buscar el empate' pero 'quiere ganar el partido'
El presidente acusa a las centrales de 'crear confusión y hacer ruido detrás de una pancarta'
José María Aznar expresó ayer su intención de 'seguir impulsando reformas y gobernando, incluso cuando haya amenazas en el frente', en alusión al pulso sindical del 20 de junio. En una intervención ante la Confederación Nacional de la Construcción, en Madrid, Aznar hizo un símil futbolístico. 'Lo más fácil hubiera sido replegarse y buscar el empate' ante el anuncio de la huelga general. 'De eso, nada. Queremos ganar el partido'. Unos momentos antes había dicho que 'mientras haya un solo trabajador en paro' no escuchará a 'quienes dicen que España tiene que parar' el 20 de junio.
Aznar hizo pública ayer una posición de firmeza sin concesiones ni complejos, expresión de una reflexión de La Moncloa que quiere advertir a los sindicatos de que no se repetirá lo sucedido tras la huelga general del 14 de diciembre de 1988 en que, en la versión del PP, el Gobierno de Felipe González, tras el éxito de la protesta sindical, negoció con las centrales y cedió a una parte de sus reivindicaciones. De ahí que Aznar insistiera ayer en que 'el Gobierno seguirá haciendo reformas para que las cosas sigan progresando pese a las amenazas'.
No ahorró críticas a los sindicatos, cuya actitud calificó de 'decepcionante' porque 'la contribución de algunos a la política de todos, tras una etapa de colaboración, sólo sea crear confusión y hacer ruido detrás de una pancarta'. Tampoco las ahorró a los socialistas, aunque en esta ocasión no les acusó de promover la huelga como en ocasiones anteriores.
Les reprochó 'haberse opuesto a todas y cada una de las reformas del Gobierno y hacer de los datos negativos, una victoria'. También les reprochó 'haber pretendido, desde el nerviosismo, abrir el grifo del gasto público' en el año 2001 frente a la política de estabilidad presupuestaria de su Gobierno para 'echar por tierra lo conseguido'. 'Hay que dejar atrás las políticas antiguas de una España que no avanza' y 'dejar de someterse a la tiranía del corto plazo para obtener réditos electorales'.
El presidente, en tono triunfal, y tras ofrecer numerosas cifras del crecimiento de la economía española en sus seis años de Gobierno, situó la reforma laboral en el marco de una política de su Gabinete para 'seguir impulsando el crecimiento económico' como la 'reforma del IRPF o la Ley Financiera'. 'Se trata de una normativa que está pensada para los que quieren trabajar porque incentivará a los trabajadores desempleados a la búsqueda de un trabajo y para que el Instituto Nacional de Empleo deje de ser una ventanilla donde ir a cobrar el paro'.
En la misma línea de autocomplacencia, Aznar confesó que se queda con 'los dos últimos años' de su Gobierno porque 'han puesto a prueba lo que habíamos hecho antes'. Tras insistir en que 'las reformas estructurales están dando resultados', vaticinó que 'estamos en la línea de salida de la recuperación económica sin sacrificar un solo empleo'.
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