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CAROLINA SACERDOTE | (Argentina)

'Mis clases son todas en catalán y no me ha costado aprenderlo'

Un doctorado en Lingüística impartido en catalán puede ser un freno para los estudiantes extranjeros que no conocen la lengua. A pesar de ello, la argentina Carolina Sacerdote, de 39 años, no desechó la oferta educativa del Instituto de Lingüística Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra y se animó a viajar a Barcelona. 'En los primeros meses de curso, el catalán fue una complicación, pero pude superarlo gracias a la bibliografía, a las clases y a los cursos de catalán para extranjeros de la Universidad Pompeu Fabra'. Dice que ella, como sus demás compañeros que no tienen el catalán como lengua materna, ha ido perdiendo el temor al idioma, ya no le cuesta y se atreve a comunicarse con frases breves.

Carolina no conocía Barcelona y al llegar le impactaron la arquitectura y el arte de la ciudad. 'Valoro la importancia que se le da a la cultura y el gran flujo migratorio que tiene', afirma.

Desde hace un año vive en la residencia universitaria La Ciutadella, en un apartamento de un solo ambiente, por 300 euros al mes. El edificio está frente al parque de la Ciutadella y a poca distancia del Born y el Casc Antic. Por alquilar un piso, tiene acceso gratis a la sala de ordenadores, al lavadero y al gimnasio que funcionan dentro del edificio. Más allá de las comodidades, la argentina cree que lo mejor de vivir en una residencia es la posibilidad de 'conocer a estudiantes de distintos países'.

En la misma residencia vive su amiga María Pappa, de 24 años, que proviene de Grecia y está estudiando el último año de Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona. La joven asegura: 'Fue la ciudad la que me eligió a mí, porque aquí me han aceptado'. No fue fácil convalidar sus asignaturas de Grecia con las que exige el Ministerio de Educación español. Ahora afronta la última etapa del curso, en apenas cuatro días concluirá las clases y sólo le quedarán algunas materias para licenciarse en Medicina. 'Me gustaría quedarme a trabajar un tiempo en Barcelona', explica María. Todo dependerá de si los exámenes y las prácticas en hospitales públicos le permiten conseguir un empleo.

En la residencia La Ciutadella todavía son mayoría los estudiantes de Baleares y de distintos puntos de Cataluña, pero cada año aumenta el número de extranjeros que solicitan una plaza. 'Aquí conviven norteamericanos, asiáticos, latinoamericanos y europeos por igual', asegura Carolina. Y cuenta que es muy habitual que se organicen fiestas multiculturales en los pisos: 'Cada uno lleva comida típica de su país, música y bebidas para que sus compañeros conozcan su cultura'.

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