Un hombre muere muere en el campo corneado por un toro

Un toro de la ganadería Mayoral acabó en la madrugada de ayer con la vida de Carlos Pereira Bernárdez, de 63 años, vecino de El Escorial (11.200 habitantes), que había salido a recoger flores por el campo. La víctima, que entró en la finca privada donde pastan reses bravas, fue hallada por un sobrino suyo junto a una valla con signos evidentes de haber sido corneado en repetidas ocasiones, según informó la Guardia Civil. El fallecido presentaba también señales de haberse golpeado contra la valla.

Pereira, según su sobrino Luis Jiménez Guijarro, había salido sobre las seis de la tarde del pasado domingo de su casa de la calle de la Iglesia, en El Escorial. Le dijo a su esposa que se marchaba al campo a recoger lirios para ella. 'Mi tío era un perfecto conocedor del campo. Era su gran afición y su pasión. A él no se le veía por los bares o viendo la televisión cuando había un partido de fútbol. Lo mismo recogía setas que flores o las plantas comestibles', explicó el sobrino.

La víctima solía estar de regreso antes de que se echara la noche, pero esta vez, cuando oscureció, no había vuelto a su casa. Al comprobar que pasaba el tiempo, saltó la voz de alarma: los familiares acudieron a la Guardia Civil para denunciar su desaparición.

Seis familiares y agentes de la Policía Local de El Escorial y de la Guardia Civil rastrearon desde medianoche los alrededores del municipio. Un allegado orientó la búsqueda hacia los campos que hay bajo la carretera de San Lorenzo de El Escorial, ya que es en estas veredas donde nacen los lirios que buscaba Pereira. Ayudados con linternas, el final de la incertidumbre llegó a las 6.40 de ayer, cuando otro sobrino de la víctima lo encontró junto a una valla de la finca de La Navajuela (200 hectáreas), propiedad del ganadero de reses bravas Pedro Mayoral.

Según la Guardia Civil, una res le había corneado varias veces, matándole en el acto. El médico de una UVI móvil del Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid (Summa) certificó la muerte.

Objetos a 30 metros

Los familiares avisaron a la Guardia Civil, que encontró objetos de la víctima en un radio de 30 metros. Pereira, albañil de profesión, estaba casado y tenía cuatro hijos, dos de ellos ya casados. 'Yo creo que se cayó al cruzar la valla o se tropezó con una piedra', apuntó Jiménez.

La finca está perfectamente cerrada y señalizada en su perímetro advirtiendo de la presencia de ganado bravo en su interior. La portavoz de la familia, Margarita Mayoral, señaló a Efe que cuenta con numerosas explotaciones de ganado bravo en España, pero destacó que en Madrid 'parece que todo está permitido y la entrada en una finca privada, aunque avises de la peligrosidad de los toros, parece no importar'. 'Se meten paseantes, ciclistas y todo el que quiere', lamentó.

La muerte de ayer es la primera ocurrida en la finca donde pastan los toros de la ganadería Mayoral, pero en la región han sucedido accidentes similares en otras tres ocasiones. El 26 de noviembre de 1976, el cazador Juan Guadaño resultó gravemente corneado tras entrar en los terrenos de Victorino Martín, en Galapagar. Un astado que se escapó de una finca próxima a Madrid mató a un hombre en El Molar el 20 de octubre de 1994, mientras éste recogía setas. Y un joven de 16 años también resultó grave el 16 de abril de 1998 al sufrir dos cornadas en otra explotación de Navas del Rey, a la que había accedido en caballo.