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Reportaje:Mundial 2002 | España arranca con triunfo

El paraíso de Raúl

'En este torneo me siento futbolista', afirma el líder de la selección

José Sámano

Raúl está como nunca. No sólo en el terreno de juego. Se le nota encantado. Antes y después de la victoria sobre Eslovenia. Encadena sonrisas, mira al frente y la comisura de sus labios está relajada. Es otro. Y tiene su explicación: 'En este Mundial me siento futbolista'. Algo que se le escapó de las manos en su negativa experiencia anterior, en la volcánica concentración de Francia 98. Entonces, 'con tantos nervios, tensiones e inquietudes', se sintió vacío.

'Realmente, en Francia, cuando me puse a pensar en el Mundial resulta que ya estaba en casa viéndolo por la tele. Era como si no hubiera estado. Me ponía a recordar y no me quedaba con nada positivo', dice. Esta vez, desde que hizo la maleta en Madrid, se juró que sería diferente. Él es futbolista por los cuatro costados y, como tal, es consciente de que no hay nada más grande que un Mundial. En Corea del Sur su propósito es otro: 'Tanto yo como mis compañeros queremos que cuando nos encontremos dentro de 20 años nos digamos: 'Oye, te acuerdas lo que disfrutamos en Asia'.

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Y hasta la fecha asegura que está disfrutando de lo lindo. Aplaude, con aparente sinceridad, todo lo que le rodea: 'Esta vez hay un plus de buena convivencia, de buen ambiente entre todos, entre los jugadores y los periodistas. Por eso mis sensaciones son muy buenas. Me gusta el lugar de concentración, los estadios. Estoy muy a gusto con todo lo que me rodea'.

Desde su salto al ruedo en el Madrid, no se recordaba a un Raúl tan fresco, optimista y dicharachero. Quiere saborearlo todo: lo que ocurre en Corea y lo que acontece en España, donde el pasado domingo su hijo vio el encuentro con la camiseta española puesta. Raúl se interesó por tomar el pulso a la afición y su familia le transmitió buenas vibraciones: 'Me han dicho que por las calles no había nadie a la hora del partido. Me encanta saber que la gente se engancha a la selección. Pero debemos ser conscientes de que ésa es una responsabilidad de los jugadores'. Al aludir a su familia -su esposa espera el segundo hijo-, el delantero reflexiona en voz alta: 'Quiero que la distancia sirva al menos para algo que haya merecido la pena'. De momento, no se pone freno. Como mínimo sueña con celebrar en estas tierras su 25º cumpleaños el día 27. Si sopla las velas como quiere, significará que España está en la final.

Respecto al choque con Eslovenia, el cuarto partido mundialista de Raúl y su segundo gol, tras el que hizo el 13 de junio de 1998 en Nantes al nigeriano Rufai, el madridista enfatiza que el gran éxito de España estuvo en la posesión de la pelota. 'En algunos momentos estuvimos precipitados. Luego, vinos que en cuanto tocábamos diez o quince veces el balón los eslovenos sufrían y creábamos ocasiones. Somos un equipo que sufre si no tiene el balón'.

Éste fue uno de los aspectos en los que más énfasis se puso en el descanso. Todos coincidieron en que el equipo necesitaba tener más la pelota y percutir por las bandas, cegadas buena parte del partido por las ataduras de los laterales. Físicamente, Raúl también dijo haberse encontrado igual de bien que sus compañeros a pesar de la humedad, que golpea con fuerza en esta zona del sureste asiático: 'Ya desde por la mañana, en el hotel, notábamos que no parábamos de sudar. Teníamos un calor muy pegajoso. Por ello nos hidratamos muy bien antes del encuentro'.

Cerrada una herida que duraba 52 años, lo que España ha tardado en sonreír en el primer partido de un Mundial, Raúl está convencido de que la selección 'irá a más porque ha ganado en confianza y seguridad': 'A peor no vamos a ir, seguro, aunque hay que contener la euforia porque sólo se ha vencido a Eslovenia. Hay que tomárselo partido a partido, pero pensando que, si controlamos el balón, tenemos muchas posibilidades'.

A la espera de acontecimientos, Raúl seguirá a lo suyo. Esta vez nadie le hará sentirse prisionero del fútbol. Se siente futbolista y, por fin, ha tenido el agradable cosquilleo al pensar que 'en un torneo como éste, cuando se juega un partido, el mundo entero está pendiente'. Se siente futbolista y quiere divertirse: 'Los nervios para los que están fuera. Yo, a disfrutar'. Desde que Camacho le invitara a tirar del carro, Raúl es otro.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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