'El arbitraje hay que comérselo'

El ambiente previo a la asamblea no era bueno. Los trabajadores llegaron con la convicción de que el resultado final es una derrota ya que el laudo les otorga unos aumentos y mejoras muy lejanos a sus peticiones. Uno de los conductores resumía esta sensación de desencanto con una frase gráfica: 'El arbitraje hay que comérselo'.

No todos, sin embargo, estaban de acuerdo y un sector minoritario apuntaba la posibilidad de no aceptar el arbitraje y seguir en huelga: '¿Qué van a hacer? No pueden despedir a los 2.500', apuntaba uno de ellos. Otro, a su lado, aseguraba que la indiferencia ante un posible despido se daba, sobre todo, en no pocos trabajadores que terminan de conducir el autobús y tienen un segundo empleo. 'Para ellos las cosas son más fáciles que para los que sólo tenemos este trabajo', afirmaba un conductor de mediana edad.

La idea dominante, sin embargo, es que se había producido una 'derrota parcial'. Uno de los miembros del comité afirmó: 'Hemos perdido la batalla, pero no la guerra. Esto continuará'.

Y, en paralelo, había acusaciones directas hacia el comité de empresa por su manera de gestionar el conflicto. 'No ha sabido llevar las cosas', 'se le ha ido de las manos' y 'han actuado más con el corazón que con la cabeza' eran afirmaciones repetidas en los corrillos entre quienes esperaban la intervención de los representantes laborales. Mientras tanto, leían el folleto del laudo o, algunos, directamente los diarios que informaban de su contenido.

No faltaba quien andaba echando cuentas de lo que representaría el aumento previsto por el laudo. Y concluía que, después de todo, 'lo comido por lo servido'. Es decir, los aumentos de este año se los han comido ya porque son superados en muchos casos por los importes de los descuentos que tendrán en la próxima nómina. Porque no habrá sanciones, pero todos los trabajadores dejarán de percibir los salarios de los días que han estado en paro.