_
_
_
_
Reportaje:La afición | El partido inaugural (Grupo A) | Mundial 2002

Hinchas postizos

La organización disfraza a los surcoreanos de seguidores que animan, en función del fondo que ocupan, a uno u otro equipo

José Sámano

La organización disfraza a los surcoreanos de seguidores.

Al margen del soberbio estadio construido en Seúl, un hecho llamaba sobremanera la atención desde horas antes del comienzo del primer partido del Mundial. ¿Cómo era posible que hubiera tantos senegaleses en las gradas, miles y miles bien distinguidos por el amarillo chillón de sus camisetas? La cosa tenía su miga: no eran senegaleses, sino surcoreanos, grupos de seguidores locales enganchados por la organización para animar a un equipo determinado. Lo mismo ocurría en el lado opuesto, tras la otra portería, donde se mezclaban algunos miles de franceses con otros tantos animadores de la tierra, todos bajo un manto bleu.

A la hora de animar, los franceses auténticos se dejaron la garganta en su coral habitual. Los figurantes surcoreanos movían las banderitas como si fueran abanicos y los más vanguardistas hacían tronar con un palo una pequeña pandereta de plástico y cartón que amenaza con ser el soniquete del Mundial. Ya cuenta entre sus primeros practicantes con el secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez Angulo, que dio sus primeras notas en el palco.

En el fondo contrario al tomado por los franceses, los senegaleses de cera miraban atónicos el bailongo africano de medio centenar de genuinos seguidores de los leones de Teranga.

Sabedores de que no habrá mucho extranjero en el campeonato, los organizadores, conscientes también de que este espectáculo sin pasión, en blanco y negro, se queda hueco, han decidido disfrazar de hinchas a unos cuantos.

Tan en serio se lo han tomado los surcoreanos que pusieron en práctica el experimento hace unos días, con motivo del amistoso entre su país y Francia. Uno se quedaba boquiabierto al observar el alboroto que se producía en uno de los fondos cada vez que marcaban los campeones del mundo. Los sufridores locales que tuvieron que hacer de franceses debieron de pasarlo realmente mal.

Todo por la patria. Una encuesta del Instituto Económico Samsung, uno de los más relevantes, ha puesto de manifiesto que para el 50,4% de los surcoreanos es más importante la proyección internacional que tenga su país durante este campeonato que los resultados deportivos de la selección.

El comité organizador surcoreano aún estima que recibirá unos 350.000 visitantes, pero hasta la fecha no han aparecido. Si bien entre todos a los que se espera se contabilizan unos 100.000 chinos. Pero en las calles de Seúl, ayer, ante el choque inaugural, no había futbolitis por ningún lado. Lo único llamativo era el sosiego del tráfico, un infierno diario en una ciudad con 12 millones de habitantes y casi tres millones de coches. Desde el viernes una orden municipal impide circular al mismo tiempo los coches con matrículas pares e impares. El viernes tuvieron el día de gracia las impares; ayer las pares. A quien se salte la norma, multa de 50.000 won, unos 40 euros. El viernes fueron detenidos 840 vehículos: sólo 296, cuyos conductores alegaron que no conocían la norma, esquivaron la sanción.

El alivio del tráfico permitió a los espectadores llegar al estadio sin caravanas angustiosas y desde bien prontito porque sus cimientos se han colocado a unos 40 minutos del centro capitalino y los controles de seguridad son puntillosos al máximo. Todo bulto es auscultado minuciosamente, sin que importe lo más mínimo la pinta del sujeto de turno. Todo pasa por un detector de metales.

El rostro amable y el gesto voluntarista de los surcoreanos, además de una perfecta organización y unas instalaciones magníficas, hace más llevadera la situación. Como se vio en el encuentro de apertura, están dispuestos a animar a todos, pandereta incluida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_