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Reportaje:

¿Con vistas a la calle o al partido?

Los 1.360 afiliados de Valencia deciden en estas primarias cuál es el nuevo perfil de su organización

La militancia socialista de Valencia dirime mañana algo más que la elección del cartel de las municipales de 2003. Los afiliados, con su votación, se pronunciarán sobre el plus que creen que aporta el cabeza de lista sobre la marca del partido y trazarán, voluntaria o involuntariamente, un nuevo mapa orgánico en la ciudad.

Las dos personas que aspiran a la candidatura socialista a la alcaldía de Valencia, la portavoz Ana Noguera y el secretario municipal Rafael Rubio, han mostrado perfiles claramente diferenciados. La primera ha hecho valer en la campaña su proyección social -ayer mismo presentó un manifiesto de apoyo de mujeres progresistas no afiliadas- y la ausencia de razones que justifiquen un recambio. Ana Noguera se ha presentado, además, recalcando que es una 'mujer de izquierdas' con ambiciones de sustituir a Rita Barberá y ha reiterado que la mejor estabilidad para el partido es la consecución de un buen resultado electoral, que depende en parte del tirón del cabeza de cartel. La lógica oposición de la ejecutiva municipal que lidera Rafael Rubio -que cuenta con el apoyo de buena parte del equipo de Joan Ignasi Pla- a las aspiraciones de Noguera ha obligado a la candidata a dar un paso adelante desde el punto de vista interno. Por una parte, ha contado como referente federal del PSOE con el apoyo explícito del ex ministro José Borrell; y por otra parte ha creado un grupo propio de carácter plural en la ciudad de Valencia que va más allá de la corriente Izquierda Socialista a la que se ha adscrito tradicionalmente Noguera.

Rafael Rubio ha presentado su candidatura en primarias como la de un hombre de partido -'En las próximas elecciones no se va a presentar Rubio ni Noguera, se va a presentar el partido socialista'-. Rubio ha justificado su decisión de competir en primarias por la petición de la mayoría de las familias que integran el socialismo de la ciudad. Una situación que ha tenido su reflejo en la carrera mantenida por los lermistas, la FSP-UGT y los seguidores del vicesecretario del PSPV, José Luis Ábalos -con fuerte influencia en la ciudad- por aportar a Rubio el mayor número de avales posibles de cara a la futura negociación de la candidatura municipal. A la suma de aluvión que cataliza Rubio se ha añadido un nuevo grupo de militantes, integrado entre otros por el secretario de Innovación del PSPV, José Ignacio Pastor, y la esposa del propio secretario general, que no descarta tener presencia activa en la vida pública de la ciudad de Valencia. Este grupo se ha aglutinado bajo el lema de la 'neutralidad activa' -aunque ha asistido a los actos de Rubio- esgrimiendo la necesidad de mantener la convivencia de la organización tras las primarias; pero ha despertado el recelo del resto de familias que apoyan a Rubio porque sospechan que el objetivo no confesado es lograr cuota propia en la futura lista municipal.

Una amalgama que ha llevado a Rubio, presionado por parte de sus apoyos, a romper el acto de cierre de campaña conjunto que estaba previsto celebrar ayer. Unas presiones ejercidas con un doble objetivo: cerrar filas frente a Noguera y dejar claro qué aporta cada familia a quien es favorito.

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