TMB ha enviado a los trabajadores una carta que éstos califican de 'intimidatoria'
Tal como era de prever, los conductores de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) reafirmaron en la madrugada de ayer su decisión de no salir a conducir durante todo el día, alegando que los servicios mínimos dictados por el Departamento de Trabajo son 'desproporcionados' y que no garantizan el derecho a huelga de la totalidad de la plantilla, formada por unos 2.500 empleados. Ante esta decisión, que fue acogida con indignación por los 350.000 usuarios que se desplazan habitualmente por la ciudad en autobús, el consejero de Trabajo de la Generalitat, Lluís Franco, anunció la inminente intervención del Gobierno catalán.
Los conductores tienen plazo para reconsiderar su postura hasta esta tarde, cuando está previsto que se celebre una reunión entre los representantes de los trabajadores y la dirección de TMB, con la mediación de la Generalitat.
Si la situación no varía, el Consell Executiu se reunirá de forma extraordinaria esta misma tarde o mañana por la mañana para designar como árbirtro al ex diputado de CiU en el Parlament y actual presidente del CTESC, Rafael Hinojosa. El árbitro se reuniría con trabajadores y responsables de la empresa para dictar un laudo de obligado cumplimiento el sábado, según las previsiones de Franco, aunque la resolución podría demorarse hasta el lunes de la semana próxima.
El Gobierno catalán ha empezado a mover hilos 'para estar preparados' y ha requerido al Ayuntamiento de Barcelona todo tipo de documentación en la que se evalúe el coste económico del incumplimiento de los servicios mínimos y los ciudadanos afectados por él. También ha pedido informes a otras instituciones que han podido verse perjudicadas, como la Autoridad Metropolitana del Transporte y la Cámara de Comercio de Barcelona, entre otras.
La amenaza del Ejecutivo catalán no parece haber hecho mella en los ánimos de los conductores. El director de Relaciones Laborales de la Generalitat, Jaume Abat, citó ayer por la tarde al comité de empresa para advertirle de los 'graves perjuicios que están causando a los ciudadanos' al incumplir los servicios mínimos. Tras la reunión, y a pesar de la advertencia, el presidente del comité de huelga, José Antonio Muñoz, manifestó que, como en las anteriores jornadas de paro, los trabajadores decidirán de madrugada si respetan los servicios mínimos, sin dejar entrever ningún cambio de postura.
Ante las acusaciones de los trabajadores de falta de diálogo por parte de la compañía municipal, TMB remitió ayer por la mañana una carta a quien hasta ahora ha actuado como mediador en el conflicto, el inspector de Trabajo Xavier Crespán, solicitando que se anticipase a ayer mismo la reunión prevista para esta tarde entre los trabajadores y la dirección de la empresa. El Gobierno catalán desestimó esta petición porque, tal como reconoció la propia empresa, TMB 'no habría aportado nada nuevo para avanzar en el conflicto'. El portavoz de la compañía afirmó que con esta demanda TMB 'quería demostrar su voluntad de negociar'.
Los conductores, por su parte, permanecieron desde la madrugada en las cocheras de autobuses tal como hicieron el pasado martes. Hubo una veintena que incluso acamparon frente a las cocheras de la Zona Franca. Allí, los trabajadores pasaron el día de huelga jugando al fútbol, tumbándose al sol y charlando entre sí acerca de la evolución del paro.
Muchos conductores reconocían las molestias que están causando a los usuarios de autobús, pero insistían en que la responsabilidad es de la empresa, que, según sostienen, 'no está dispuesta a negociar ni un ápice' y a la que acusaron de hacer demagogia para echarles 'la ciudadanía encima'. Los conductores lamentaron la apertura de expedientes, que ayer ya se cifraba en unos 150, incluidos los que se abrieron anteayer, aunque esta medida afectará en total a unos 900 conductores, todos los que hasta ahora han incumplido los servicios mínimos.
Los conductores criticaron también a TMB por el tono intimidatorio que la empresa está empleando en una carta que ha enviado a la totalidad de la plantilla, mediante mensajero a su domicilio particular, en la que la compañía carga contra el comité de empresa, al que culpa de 'no permitir encontrar salidas negociadas al convenio colectivo' y al que acusa de estar engañando a la plantilla 'cuando te dicen que respetan la voluntad de los trabajadores', reza la carta. El portavoz de TMB justificó el envío del escrito porque 'la empresa tiene la responsabilidad de decir la verdad a los trabajadores y no podemos hacerlo de otra forma'.
Por otra parte, el síndic de greuges, Anton Cañellas, exigió ayer a los conductores de autobús que 'respeten' los servicios mínimos y emplazó a las administraciones a intervenir para hacerlos 'cumplir'. Cañellas dijo en el Parlament: 'Hay que respetar el derecho de huelga porque es constitucional y porque tiene su función como medida de presión cuando los trabajadores creen que están perjudicados', pero siempre que 'se respeten los derechos de terceros' en alusión a los 350.000 usuarios de autobús. El Síndic de Greuges emplazó a las administraciones a encontrar una 'fórmula de equilibrio', pero evitó pronunciarse sobre la posibilidad de que se dicte un laudo de forma inmediata.
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