Una generación pende de un tobillo
Las posibilidades de triunfo del juego hermoso pasan por la recuperación de Figo y Rui Costa
Oliveira dispone de un plantel muy rico en el ataque y vulnerable cuando pierde la pelota
Portugal se ha cansado ya de divertir y divertirse y ahora va por los trofeos en vez de por los títulos honoríficos. El problema es que su suerte está en función de la evolución de la cojera de Figo. No sólo por lo que juega, sino por lo que hace jugar. "Más que de cualquier otra cosa", remacha Paulo Sousa, "nuestras aspiraciones en el Mundial dependen de las condiciones físicas con que lo afrontemos. Tenemos mucha calidad, pero no somos la mejor selección del torneo ni tenemos la experiencia de otras, aunque nos vemos capaces de todo".
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