Eloy Terrón,maestro socrático e intelectual del pueblo
El filósofo y antropólogo Eloy Terrón falleció el pasado sábado en Madrid a consecuencia de una larga enfermedad.
Había nacido en Fabero (León) en 1919. Se formó en el campo. A los 13 años se hizo minero y descubrió el ideario anarquista y socialista. De entonces databa su identificación con la clase obrera. Durante la guerra civil fue enlace del Ejército republicano hasta 1938; tras la guerra, fue condenado a prisión en consejo de guerra.
Inició sus estudios de forma autodidacta; optó por el trabajo intelectual como vía idónea para su compromiso político. Fueron sus maestros Antonio González de Lama y su círculo leonés y Santiago Montero Díaz, que dirigió su tesis doctoral sobre el krausismo español; ambos le reorientaron desde la física a la filosofía, primero, y desde la filosofía a la historia y a las ciencias sociales, después, con dos objetivos: el estudio de la dialéctica entre el hombre y la sociedad y la crítica del presente, a la luz de su historia y con centro en España.
La tesis de Eloy Terrón, Sociedad e ideología en los orígenes de la España contemporánea, de 1958, supuso un hito científico para los especialistas en el krausismo y en la historia del pensamiento español. Pero su figura no fue la del académico preocupado por 'hacer carrera' y publicar a toda costa, sino la de un pensador independiente, comprometido con la superación histórica del capitalismo y con una lucidez teórica, una generosidad intelectual y un tacto excepcionales.
Fue adjunto de José Luis López Aranguren en la Facultad de Filosofía hasta 1965, fecha en la que renunció a su plaza -y a una cátedra que le fue ofrecida por el decano, Camón Aznar- como protesta ante la represión franquista que separó de sus cátedras a Tierno Galván, García Calvo y Aranguren por su apoyo a los estudiantes. Fue el más estrecho colaborador del científico Faustino Cordón, desde mediados de los años cincuenta. Al volver a la Complutense en 1979, se integró en el departamento de Teoría de la Comunicación de Manuel Martín Serrano. En virtud de su compromiso con el marxismo, fue también, y ante todo, un maestro socrático y un intelectual de la clase trabajadora y del pueblo. Esa actitud y ese compromiso explican también su trabajo político como decano del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid y como presidente del Consejo General de Doctores y Licenciados de España, del Club de Amigos de la Unesco y de la Fundación Primero de Mayo de Comisiones Obreras, entre otras responsabilidades.
Practicaba la acción dialógica de un modo ejemplar. Y, en lugar de usar el saber como arma de poder y de distinción social, ofrecía siempre el comentario o el libro oportuno, para potenciar la extensión social del ejercicio de la crítica y de cultura intelectual elaborada.
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