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Defensa planea que uno de cada tres soldados siga en filas hasta los 58 años

La prevista contratación de 15.000 reclutas anuales se demuestra inviable

Miguel González

Al menos el 33% de los soldados y marineros profesionales serán permanentes y podrán seguir en las Fuerzas Armadas hasta los 58 años, la edad de pase a la reserva, según los planes del Ministerio de Defensa. Este porcentaje contrasta con el 3% de tropa permanente que existe en la actualidad y con el 15% que se fijó como tope en el diseño inicial del Ejército profesional.

En l997 se pensaba que los soldados, dadas las características de su trabajo, no debían permanecer en filas más allá de los 35 años. Ahora se asume que la mayor parte de los puestos que ocupan, desde técnicos hasta administrativos, pueden ser desempeñados, incluso con mayor eficacia, por personas de más edad.

Ello obligará a incrementar el presupuesto, pues se calcula que cada soldado permanente cuesta 2.600 euros anuales más que uno temporal. En todo caso, este porcentaje se alcanzaría a lo largo de tres décadas. Este año se han convocado un mínimo de 1.635 plazas de tropa permanente para los cabos primero que acaban su compromiso el 31 de diciembre.

Varias razones han aconsejado este importante cambio; entre otras, el hecho de que obtener un empleo fijo sea el factor más valorado por los jóvenes. Pero la razón de fondo es que el modelo diseñado en la pasada legislatura se ha demostrado inviable. Si se mantuviera un 85% de tropa temporal, una vez alcanzada la cifra legal prevista de 102.000 soldados y marineros, habría que incorporar cada año a 15.000 reclutas, sólo para amortizar bajas.

Sin embargo, el año pasado únicamente se alistaron 11.131 soldados, unos 400 menos de los que se fueron. Dentro de una década, la situación será aún más difícil pues, debido a la caída de la natalidad, el colectivo al que se dirige el Ejército -hombres y mujeres de entre 18 y 27 años- se habrá reducido a la mitad.

En los tres primeros meses de este año, un total de 3.578 jóvenes se han incorporado a los centros de formación de tropa profesional, mientras que 2.848 se han marchado. Los responsables de reclutamiento esperan acabar el año con 'un incremento leve, pero positivo', de los efectivos de tropa, sin llegar en ningún caso a los 86.000 previstos en los Presupuestos Generales del Estado.

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Competencias autonómicas

El aumento de la tropa permanente tampoco es la panacea. Para que el sistema funcione, habrá que facilitar la reinserción laboral de dos tercios del total de soldados que, en todo caso, tendrán que colgar el uniforme tras 12 años en filas como máximo.

Este objetivo tropieza con dos graves obstáculos. El primero es la falta de una titulación homologable en la vida civil. Las Fuerzas Armadas quieren impartir en los cuarteles hasta 49 titulaciones de Formación Profesional, incluida la de técnico en Defensa.

El problema es que esta última tiene difícil encaje en las especialidades profesionales y, sobre todo, que las comunidades autónomas tienen transferidas competencias en materia de contenidos y concesión de títulos de FP, lo que obligaría a firmar acuerdos con todas ellas y dificultaría la movilidad geográfica de la tropa.

Defensa está negociando con Educación para que se fijen contenidos de ámbito nacional para los cursos de FP de los soldados, pero hace falta que las autonomías lo acepten y no planteen un conflicto de competencias.

Los responsables de reclutamiento admiten que, hasta ahora, los convenios firmados con organizaciones empresariales no han dado los resultados esperados. En opinión de Defensa, la solución pasa por, además de mejorar la formación de los soldados, incentivar su contratación cuando dejen el Ejército; por ejemplo, con la reducción de cuotas empresariales a la Seguridad Social, como otros colectivos de difícil acceso al mercado de trabajo.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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