Retratos, ataques y herencias

Siempre está presente Richard Wagner. Controvertido, admirado, odiado, malinterpretado, inconscientemente reivindicado, engrandecido por quienes han seguido fielmente su faceta genial de propagandista de sí mismo y del arte alemán. Pero es que resulta difícil ceñirse sólo a la música, incluso no juzgar más allá de lo que pretendía con su obra de arte total, que tiene su delirio máximo en El anillo del nibelungo, su medida humana y genial por forjadora de caminos infinitos en Tristán e Isolda y su ansia de trascendencia en Parsifal. Y viene precisamente de ahí la dificultad porque su arte se inmiscuía en todo, lo conquistaba todo, lo abordaba todo.

Esa vocación de artista total, de filósofo, arquitecto del arte alemán, está en cuatro libros fundamentales sobre una figura ambiciosa, ególatra y radical. El principal es la biografía Richard Wagner (Alianza Música), de Martin Gregor-Dellin. El autor aborda en una obra brillante, fundamental para adentrarse en el artista, toda su trayectoria, su infancia, su obra, deteniéndose de forma certera, clarividente en las influencias filosóficas más importantes que recibió el autor: de Bakunin, amigo entrañable del músico, a Schopenhauer, que le llegó a atormentar; de Marx, a quien seguramente conoció por su amigo Georg Herwegh, a Proudhon, a quien leyó con admiración.

Su pasión por la filosofía y la prueba de que los filósofos eran conscientes de la importancia de su obra está en su relación con su contemporáneo Friedrich Nietzsche. Fue una amistad apasionada, enfermiza, que acabó en guerra como muestra el libro Nietzsche contra Wagner (Siruela), que aúna los escritos del filósofo contra su ídolo caído, que no fue sino inspiración constante para la barbarie que años después perpetró Adolf Hitler contra Europa. La conexión, la huella profunda, terrorífica y tremendamente dañina para el reconocimiento natural de su arte todavía en estos tiempos está en Wagner's Hitler: der prophet und sein vollstrecker, de Joachim Köhler, una obra que no ha aparecido en España todavía y que se publicó en Alemania en 1997 y posteriormente en Reino Unido y Estados Unidos.

También hay oportunidad de conocer de primera mano al músico. Aparte de su autobiografía Mi vida, fuente primordial, han aparecido varios de sus escritos e impresiones vitales y artísticas sobre la Europa de su tiempo en Un músico alemán en París (Muchnik). Llama la atención su estilo rimbombante, solemne, que entremezcla con algo de sentido del humor que parece que se cuela despistado. Otra obra muy interesante para conocer la discografía y comprender la faceta puramente artística de manos del mayor experto español en la figura es la guía Wagner, de Scherzo y Península, trazada por Ángel Fernando Mayo, quien también es el autor de la traducción de la biografía de Gregor Dellin.