Festimad 2002 apuesta por el civismo

La organización de Festimad se perfecciona cada año. En esta edición hay más personal (un millar de personas) velando por el orden y la limpieza dentro del parque de El Soto, en Móstoles, así como instalaciones más completas. Los impulsores del macroconcierto -con Rammestein (hoy) y Jamirocquai (mañana) como figuras estelares- entregarán a la entrada una guía de buen uso y civismo, en la que, además de aportar consejos útiles para una mejor estancia, se apela al 'sentido común' del visitante a un recinto natural.

Las puertas se abrieron anoche para el público poseedor de un abono de dos días con derecho a acampada. El resto de asistentes podrá acceder al parque a mediodía de hoy.

El personal voluntario entregará un plano de situación con los servicios que ofrece el festival, así como dos bolsas de basura -una amarilla para el reciclaje de plásticos y otra para la basura orgánica- y un decálogo de recomendaciones. Además, estos voluntarios están autorizados a registrar el interior de las mochilas y requisar las latas y los recipientes de vidrio. Una de las asignaturas pendientes de todos los festivales es la oferta de aseos y duchas.

'Cada año se mejora este servicio: aunque siempre será diferente a la comodidad de la casa de cada uno, queda el consuelo de que es mejor que cuando uno acampa libremente', justifican los organizadores de Festimad 2002 (www.festimad.es)

Con el objetivo de que nadie espere demasiado tiempo a las puertas de los váteres, este año se ha duplicado la cantidad y los ciclos de limpieza, 'a pesar de las limitaciones ecológicas que dificultan este servicio en un medio natural que hay que proteger', añaden los propulsores del macroconcierto.

Y añaden: 'Los WC químicos estarán distribuidos por todo el parque, y las duchas portátiles en la zona de acampada, mientras que los que funcionan con agua caliente estarán en el edificio situado entre el vivero y el mercadillo, y también en los vestuarios de los campos de fútbol'. Varios camiones de limpieza rematarán la operación de asepsia recogiendo el contenido de los contenedores y limpiando el suelo después del último concierto de cada jornada.

Además de escuchar a sus artistas preferidos, los visitantes encontrarán dentro del parque de El Soto bares, puntos de encuentro y de objetos perdidos, cajeros automáticos, un mercadillo, exhibiciones de break-dance y pintura urbana, teléfono público, una carpa para navegar por Internet y hasta dos puestos de la Cruz Roja equipados al completo para atender las posibles incidencias.