Sensualidad carioca
El compositor brasileño Marcos Valle se presentó con Escape, la canción que da título a su último disco, publicado por un sello londinense. Tiene su explicación: fueron los DJ's de la capital británica quienes le redescubrieron a mediados de los años noventa abriéndole de nuevo el acceso a los estudios. Los ritmos tonificadores de sus canciones, muchas escritas 30 años antes, se adaptaban de forma pasmosa a los ambientes electrónicos de los clubes ingleses.
Cantó Samba de verão en portugués, aunque Summer samba, que le dio a conocer en medio mundo, se haya grabado más veces en inglés que en su idioma original. A sus 57 años, el autor de clásicos que pueden escucharse en discos de Sarah Vaughan, Connie Francis, Johnny Mathis o Dizzy Gillespie, aún guarda algo de lo que hacía suspirar a más de una adolescente.
Marcos Valle
Marcos Valle (voz, guitarra y piano), Patricia Alví (voz), Mauro Bergman (bajo), David Geovanini (batería) y Renato Franco (flauta, saxo y teclados). Sala Suristán. Madrid, 20 de mayo.
Se trajo a una cantante para acompañarle. Mostró melodías y armonías refinadas, y esa capacidad de los brasileños para poner a bailar hasta una cafetera. Os grilos (o Crickets sing for Ana Maria), que tocó igual que hace seis lustros, es un monumento de swing desenfadado. A la música electrónica europea, a menudo carente de alma, Marcos Valle le ha aportado la sensualidad del verano carioca.