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Crónica:BALONCESTO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Teorías conspiratorias

El Sacramento iguala la final del Oeste ante los Lakers con Bryant mermado por una intoxicación

Doce partidos ha durado el récord de Los Ángeles Lakers. Había ganado 12 partidos consecutivos de la fase final de la NBA fuera de su cancha. Su última derrota había sido el 20 de junio de 2000, en el quinto partido de la final que disputó ante el Indiana Pacers. Pero el Sacramento Kings rompió su racha y se impuso (96-90) en el segundo partido de la final del Oeste (1-1). Batman y Robin, es decir O'Neal y Bryant, anotaron 57 de los 90 puntos de su equipo. Y eso que el alero sufrió una noche previa de los más movida. El ala-pívot de los Kings, Webber logró 21 puntos, 13 rebotes y cinco tapones.

Adelman volvió a confiar en Turkoglu para suplir la baja de Stojakovic. Esta vez el turco estuvo más acertado. La gran diferencia del Sacramento con el equipo que fue barrido por los Lakers el año pasado está en su base. Bib-by, que llegó de los Grizzlies de Memphis a cambio de Williams, ha dado más empaque a un equipo que ya no comete tantas locuras. Además, su sustituto, Jackson, pone la chispa cuando el partido se empantana: 17 puntos en 23 minutos.

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Los Lakers ya han encontrado su quinteto. Desde la llegada de Jackson, se buscaba un cuatro y el mejor estaba en casa. Horry ha aprovechado su buen momento de forma y los problemas físicos de Walker para saltar al cinco inicial: 8 puntos, 20 rebotes y 4 asistencias.

La ciudad de Sacramento vive con pasión esta final. El equipo y los aficionados han esperado toda la temporada para vivir este momento. Es la primera vez, desde 1981, que los Kings disputan una final de conferencia. Para más morbo, ante sus todopoderosos vecinos de Los Ángeles. En el primer partido el griterío del publico en el Arco Arena llegó a 112 decibelios. Para el segundo una emisora local animó a sus oyentes a que llamaran durante toda la noche del domingo al hotel en el que se alojaban los Lakers e intentaran que les pasasen las llamadas a la habitación de Bryant.

No queda ahí la cosa. Una hamburguesa con bacon y un trozo de pastel de queso se le indigestó a Bryant, que pasó la noche en vela con vómitos y mareos. 'Cuando entré en su habitación, estaba doblado como una gamba', comentó el trainer de los Lakers, Gary Vitty. El jugador no concilió el sueño en toda la noche y dos horas antes del partido tuvo que ser rehidratado con suero. No le vino nada mal: 22 puntos y seis rebotes, aunque cometió cuatro pérdidas del balón. Hay quien habla jocosamente en Sacramento de teorías conspiratorias contra Bryant. El hotel sirvió más de mil hamburguesas y, sin embargo, nadie más resultó intoxicado.

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