Amaral: 'El PC portugués aún se prepara para la revolución'

El líder de los renovadores del Partido Comunista Portugués (PCP), el abogado João Amaral (Azores, 1943), afirma que el aparato del partido se encuentra desfasado de la realidad actual y conducirá a la progresiva pérdida de influencia social y política de los comunistas si persiste en su inmovilismo. Militante del PCP desde 1964 y diputado durante 23 años, hasta que fuera apartado de las listas en las últimas elecciones, Amaral sostiene que el aparato del partido cree que no hay nada que cambiar: 'Están convencidos de que llegará un momento de ruptura para cambiar el sistema y, por tanto, creen que el PCP debe estar preparado, como una especie de Ejército en la reserva, para una nueva revolución de octubre'.

Referencia inequívoca de la lucha contra la dictadura salazarista pero temido por el poderoso empresariado portugués, el PCP es la única fuerza comunista que ha resistido a todos los vientos de renovación y apertura en Europa. En las pasadas legislativas perdió más de 100.000 votos y cinco diputados, lo que supone un balance total de 600.000 votos y 35 diputados perdidos en las dos últimas décadas.

El ex vicepresidente del Parlamento sostiene que la actual situación del PCP procede de 'graves errores de orientación, de una coyuntura mundial desfavorable para la izquierda y de la propia incapacidad del partido para enfrentar los problemas de la sociedad actual'. Amaral lo ilustra con dos ejemplos. En 1960, casi la mitad de la población trabajaba en la agricultura; hoy no llega al 10%. Y los estudiantes universitarios rondaban los 24.000 cuando ahora son cerca de 400.000.

A su juicio, 'esta realidad obliga a cambios; sin embargo, el modelo de partido sigue siendo el mismo: un partido centralista, jerarquizado y lleno de funcionarios; ese modelo está en crisis y nada dice a las nuevas generaciones'. Amaral sostiene que 'el PCP movilizó la esperanza de varias generaciones de portugueses antes y después del 25 de abril , pero hoy más de la mitad del electorado tenía menos de 12 años en aquella fecha y, por tanto, sus problemas son completamente diferentes'.

Debate libre

El veterano comunista augura una progresiva pérdida de la influencia política y social del PCP si el aparato del partido se niega a un debate libre, sin exclusiones ni tabúes, que decida la nueva estrategia, el modelo de funcionamiento y la orientación del partido. Amaral sostiene que 'los partidarios de la renovación son cada día más y eso está provocando una mayor crispación en el aparato'. Explica también que la expulsión de los renovadores sería una tragedia para el PCP: 'Sería la peor señal de intolerancia y falta de diálogo en el partido, como lo fue mi apartamiento de las listas de diputados. Sería un desastre. Además la actual dirección del PCP no tiene legitimidad para expulsar. No aceptaré esa expulsión y lucharé con todos los medios a mi alcance contra ella'.