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772 aviones sobrevuelan durante el fin de semana el centro de Coslada

El alcalde pide el traslado de las instalaciones aéreas o una tasa que compense las molestias

Los aviones que llegan a Madrid este fin de semana lo hacen sobrevolando los tejados de las casas del centro de Coslada. Pasan a muy pocos metros. Y es que el aeropuerto se ha visto obligado a cambiar el rumbo de entrada de las aeronaves debido a las obras de reforma que se llevan a cabo en la pista habitual de aterrizaje, la 33L-15R. AENA admite que, durante el fin de semana, 772 aeronaves pasarán sobre el casco urbano. Mientras tanto, el alcalde pide que se lleven de una vez el aeropuerto a otro sitio, y los vecinos prefieren no pensar en la posibilidad de un accidente.

Por el municipio de Coslada siempre pasan aviones, sobre todo por el barrio de la Estación, que soporta unos niveles de contaminación acústica muy superiores a los permitidos. Pero la novedad ayer y hoy consiste en que este fin de semana sobrevuelan todo el casco urbano. El aeropuerto está construyendo una nueva calle de salida en la pista de aterrizaje habitual y no tiene otro remedio que variar el lugar de toma de tierra de las aeronaves. Durante este fin de semana usan la pista 18L-36R, cuya trayectoria de aproximación incluye el paso de los aparatos por el centro urbano.

Primero se oye un trueno lejano, pero con una diferencia: en lugar de extinguirse en unos segundos, se acrecienta. Al cabo de un momento, aparece el avión por el horizonte, se acerca y pasa sobre las cabezas de los cosladeños, en medio de un ruido ensordecedor. Después, el silencio. La tranquilidad dura poco, y a los dos o tres minutos, sobrevuela el centro urbano un nuevo avión, de otro color, de diferente compañía, pero provocando idéntico estruendo.

'Estamos acostumbrados'

Los vecinos no parecen sorprendidos. Impasibles, y sin levantar la cabeza, continúan sus quehaceres diarios, sus paseos y sus conversaciones. Soledad, vecina de Coslada desde hace 29 años, explica que el paso de aviones es molesto: 'Pero ya estamos acostumbrados'. 'A veces te da por pensar qué ocurriría si alguno tuviera un accidente pasando tan cerca de las casas, pero al momento te dices que cómo va a ocurrir algo así y te olvidas', añade Sonsoles.

Otra vecina comenta en tono indiferente que por la mañana ha oído el ruido producido por los aviones al descender, pero 'como es cuestión de dos días' está dispuesta a soportarlo. En cambio, dos chavales que se protegen del sol bajo unos árboles de un parque no dudan en calificar el ruido de 'insoportable'. 'No hay quien lo aguante, y parece que cuando empieza el buen tiempo a los del aeropuerto les da por hacer mejoras. El año pasado cronometramos el tiempo que había entre cada avión y era de sólo un minuto', aseguran, mientras otro avión pasa enseñando su panza sobre sus cabezas camino de la cercana pista de aterrizaje.

Los responsables del aeropuerto explican que las obras estaban previstas desde hace tiempo. 'El aeropuerto está mejorando sus instalaciones y estamos construyendo una calle de salida rápida para que los aviones despejen la pista', explica un portavoz de las instalaciones aeroportuarias. Por este motivo, se ha desviado el tráfico a otra pista habitualmente sin uso.

Todo estaba previsto desde hacía tiempo y no existía otra opción de entrada de los vuelos. Para evitar mayores molestias a los cosladeños, el aeropuerto ha concentrado los trabajos en un fin de semana.

El alcalde, el socialista Juan Manuel Granados, estaba ayer al tanto de la situación. El director del aeropuerto, con el que el regidor mantiene unas relaciones 'muy cordiales', se lo había comunicado hacía días. 'Yo no me voy a negar a que se mejore la seguridad en el aeropuerto', explica el regidor.

Para Granados, el problema de este fin de semana se resume en las molestias que tendrán que sufrir los vecinos durante un par de días. Pero su lucha va más allá y pasa por conseguir que ningún avión sobrevuele Coslada. 'Lo que pido es el traslado de las instalaciones a Campo Real, porque Madrid se merece unas instalaciones todavía mejores que las actuales', puntualiza.

Sin embargo, el alcalde ve improbable conseguir este sueño largamente acariciado. Por eso aboga por introducir otras medidas correctoras que aminoren la contaminación acústica que sufre su municipio. 'Se puede reducir el ruido sustituyendo los motores actuales por otros más silenciosos', comenta. Esta solución implicaría a Aviación Civil, que es el organismo competente, según el alcalde, para obligar a las compañías aéreas a disminuir el ruido.

Otra de las opciones propuestas por Granados es que se impusiera un impuesto por tráfico aéreo a los aviones más ruidosos que beneficiara a los vecinos.

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