Duran Lleida maniobró para seguir al frente de Unió cuando se discuta la fusión con CDC
Una moción de Tarragona preveía ampliar el mandato del líder de UDC de dos a cuatro años
La dirección de Unió Democràtica (UDC) maniobró infructuosamente, con vistas al congreso del 1 y 2 de junio, para que la ejecutiva del partido se renovara cada cuatro años y no cada dos como estipulan los actuales estatutos. Esta modificación hubiera permitido al líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, permanecer en el cargo hasta 2006 y tener las manos libres para la convención de 2004, en la que se debe debatir la fusión con sus socios de Convergència Democràtica (CDC). La moción no se discutirá en el congreso por la frontal oposición de las bases del partido.
Los democristianos celebran sus congresos ordinarios, en los que renuevan los órganos de dirección, cada dos años. Así lo establecen sus estatutos. En el próximo cónclave, que se celebrará en Sitges el 1 y 2 de junio, concurrirán dos candidaturas, la oficial de Duran Lleida -que se presentó ayer- y la de los críticos, encabezada por el concejal de L'Hospitalet Jordi Petit y el ex portavoz del partido Eugeni Pérez Moreno. Esta última, con escasas posibilidades.
En repetidas ocasiones, altos cargos de Unió se han manifestado en contra del sistema 'excesivamente asambleario' del partido, que por ejemplo obliga a renovar la cúpula directiva cada dos años y faculta a todo militante, con el aval de tan sólo 75 firmas, a optar al liderazgo de Unió.
La dirección de UDC opina que una presidencia de cuatro años, en vez de dos, daría mayor estabilidad al partido porque evitaría procesos electorales internos que más de una vez han derivado en enfrentamiento entre diferentes sectores. Además, homologaría el proceso congresual de los democristianos con el de Convergència y con lo estipulado en el pacto de federación entre UDC y CDC.
Pero estas correciones organizativas obligan a modificar los estatutos en un congreso extraordinario, por lo que, según diversas fuentes del partido, lo primero era tomar el pulso de las bases de Unió.
La iniciativa partió de la intercomarcal de Tarragona, que redactó una moción congresual para prolongar el mandato del líder de Unió (presidente del comité de gobierno) de dos a cuatro años. Sin embargo, mientras que fuentes oficiales apuntan que fue una propuesta de la dirección tarraconense, otras señalan que surgió de la misma Travessera de Gràcia, sede de la cúpula democristiana. Duran desmintió ayer este extremo y señaló que cuando la propuesta se empezó a debatir, que fue en la asamblea intercomarcal de Girona, él mismo zanjó el debate reafirmando que la renovación de la ejecutiva se realizaría como siempre, cada dos años.
En la asamblea de Girona, militantes históricos y destacados cargos, entre ellos la eurodiputada Concepció Ferrer, se manifestaron abiertamente contrarios a prolongar el mandato de Duran. Ante tal resistencia, Duran se vio forzado a intervenir para rechazar públicamente la propuesta. Con estos antecedentes, la dirección ordenó paralizar la discusión de la proùesta en Tarragona. Y ahí quedó todo, en un intento frustrado de la cúpula democristiana.
De haber triunfar la moción, Duran habría permanecido al frente de Unió hasta 2006. Por tanto, tendría las manos libres en 2004 cuando se celebrara la que se prevé polémica convención nacional para debatir la fusión entre Unió y Convergència.
Ayer el líder democristiano presentó su candidatura al comité de gobierno, en la que, como principal novedad, figura la consejera de Gobernación, Núria de Gispert. La consejera abandonó la ejecutiva del partido cuando Duran la propuso como presidenta del consejo nacional.
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