_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Discrepancias

En todas partes cuecen habas. Cuando parecía que el Partido Popular de Andalucía estaba más en calma que las aguas del mar de los Zargazos, estalla Córdoba, se recalienta Huelva, se abren fisuras en Granada y en Cádiz, si no fuera por el 'puño de hierro' de la 'dama del insulto' ya habría sus más y sus menos. Ya no es sólo el PSOE de Andalucía el que anda a la gresca en Málaga.

Lo que sorprende de la movida cordobesa, con Juan Ojeda de supremo muñidor, es que la presidenta del PP andaluz, Teófila Martínez haya calificado de 'discrepancias' la grave crisis, con ruptura incluida y graves acusaciones por parte de Bellido, el cesado, y los críticos de Ojeda. Y en medio, Antonio Sanz, lidiando en una arena en la que Teófila ha estado pisando huevos, tal cual Javier Arenas, que con sus largos años en la cocina del PP, tiene la probada experiencia de remover las aguas pestilentes de las cloacas de los partidos, sin tan siquiera taparse la nariz. Arenas es un artista en esto de presentar las tormentas como un maravilloso e idílico atardecer, en su partido.

No le va a la zaga Teófila Martínez. Con una larga cambiada se quitó el toro, sin fajarse, diciendo que sólo había unas discrepancias y eso se solucionaba en el seno del partido. Cuando escribo estas líneas, había más de veinticinco agrupaciones del PP cordobés con la renuncia en el bolillo. Que Dios mantenga por muchos años a Teófila en el limbo de los inocentes.

Si esto sucede en el PSOE de Málaga, por ejemplo, se forma la de dios es cristo. Y no hay que descartarlo. Los dos candidatos a ganar las primarias, Francisco Oliva y Marisa Bustinduy, han trasladado al partido las mismas discrepancias, diferencias y modos de entender la política que tienen. Bustinduy responde al nuevo estilo que recorre la espina dorsal del partido que quiere impulsar Zapatero, mientras que Oliva, curtido en mil y una batalla, no se baja del burro por considerar que él puede ganar la alcaldía de Málaga y arrancársela a los populares. Peleas y disputas aparte (Teófila diría discrepancias), lo único que interesa, como diría un veterano socialista, es ganar a la derecha. Pues eso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_