El mejor equipo de todos los tiempos

OTRA VEZ en Glasgow, el Real Madrid reafirmó su condición dominante sobre el fútbol europeo. Nadie, ni de cerca, puede enseñar tal palmarés en la Copa de Europa, la competición de clubes más importante: nueve títulos en 12 finales. Los cinco triunfos del Milan, los cuatro del Liverpool, del Ajax, del Bayern de Múnich, los que suceden por debajo al equipo madrileño en el libro de honor del torneo, quedan demasiado lejos. Nueve Copas de Europa, las mismas que tienen todos los equipos británicos juntos, todos los italianos... Al Madrid se le puede discutir por la fidelidad o el talante de sus aficionados o por el halo de seducción que va dejando el estilo de su juego, cuestiones más o menos sentimentales o subjetivas por las que sí se iguala el fútbol en ciertas balanzas. También por asuntos no tan abstractos como el poder económico, donde sólo encuentra en el Manchester United un competidor rocoso. Pero, si mandan las vitrinas, no hay rival posible: el Real Madrid es el mejor equipo de todos los tiempos.

En aras de lo simbólico, el Madrid refrenda dicha condición en su centenario. No pudo hacerlo en el ámbito doméstico, del que posiblemente salió sin nada precisamente por supeditarlo todo a la conquista de la novena. Pero no falló ante el Bayer Leverkusen. No falló en Glasgow, precisamente allí, en la ciudad que hace 42 años coronó al Real Madrid de Di Stéfano y Puskas en el mejor partido de la historia, el 7-3 ante el Eintracht de Francfort de su quinto cetro continental. En esta época de hegemonías menos aplastantes y victorias no tan rotundas, el nuevo Madrid, el que abandera el genio competitivo de Raúl y la calidad de Zidane, se ha sabido buscar igualmente un espacio estelar con tres Copas de Europa en cinco años. A la misma altura que mitos como el Ajax de Cruyff, el Bayern de Beckenbauer, el Liverpool de Bob Paisley... El Madrid cierra la temporada del centenario como mejor equipo europeo del año. La historia le mantiene como el mejor de todos los tiempos.