'Cats' cierra en Londres tras 21 años de éxito y taquillazos

El musical Cats se despidió definitivamente del público londinense con una espectacular escena final, en la que intervinieron algunas de las estrellas que han contribuido al éxito internacional de la pionera producción de Andrew Lloyd Weber. La despedida, el sábado por la noche, coincidió con el 21º aniversario del popular musical, que ha recaudado 136 millones de libras (más de 200 millones de euros) en el teatro New London de la capital británica y unos 2.000 millones de euros en todo el mundo.

Elaine Page, Brian Blessed y Paul Nicholas, entre otros reconocidos artistas, acompañaron al conjunto actual de cantantes y bailarines del musical durante la caída final del telón. Inspirada en los versos del cuento de T. S. Elliot Old possum book of practical cats, del año 1939, la producción ha cosechado premios prestigiosos, entre ellos, un Grammy y dos Laurence Olivier. La canción Memory aportó un éxito mundial para Elaine Paige, la genuina estrella de Cats.

Veintiún años después de su estreno, los altos costes de producción han llevado a Lloyd Weber a retirarlo de la cartelera londinense. El rey de los musicales parte ahora hacia India con su nueva producción, Bombay dreams, cuyo estreno, previsto para junio en Londres, se suma a la ola de popularidad que la llamada industria hollywoodiense, con sus tradicionales películas musicales, está viviendo en Europa.

El público también está demostrando una creciente afición por espectáculos menos clásicos. El musical Mamma mía, con música de Abba, lideró el camino al crear un libreto sin relación directa con el contenido de las canciones. Arrancó como experimento para convertirse en 'una licencia para imprimir Money, money, money', según dice la guía Time Out apropiándose del título de la pegadiza canción de Abba.

Otras producciones han seguido los pasos, como Taboo, de Boy George, ex cantante de Culture Club, y We will rock you, producida por Robert de Niro. Recién estrenado en Londres, este último musical se apoya en el repertorio de Queen para describir un mundo futurista, donde la electrónica es la única herramienta de expresión.