_
_
_
_
Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Al Barça le vale un gol de Saviola

Los azulgrana sellan en Zaragoza la clasificación para la Liga de Campeones con la ley del mínimo esfuerzo

Àngels Piñol

Al Barcelona le bastó un gol de Saviola y la ley del mínimo esfuerzo por defenderlo para alcanzar la Liga de Campeones. Faltos de motivación, los azulgrana pasaron de largo por la Romareda, un escenario que no está para despedidas una vez que el Zaragoza ha acabado en Segunda.

El Barcelona, sin embargo, se tomó el partido tan a la ligera que a los ocho minutos ya había encajado un gol, aun cuando la rechifla de la hinchada local contra su equipo era sobrecogedora. Pese al esfuerzo de Bonano por evitar lo inevitable, la pelota acabó a pies de Aragón, que desde siempre le tiene tomada la medida a la portería azulgrana, y puso el 1-0 que dejaba al Barça a merced del Celta, que de ganar en Vallecas se colocaba en la Copa de Europa. Ya descendido, el Zaragoza jugaba con comodidad y hasta con un punto de suficiencia sorprendente ante un rival somnoliento, sin tensión competitiva, como si ya hubiera dado el ejercicio por finiquitado.

ZARAGOZA 1| BARCELONA 1

Zaragoza: Lainez; Cuartero, Rebosio, Paco, Pablo; Aragón, José Ignacio; Galletti (Cani, m.60), Corona, Martín Vellisca; y Drulic (Bilic, m. 55). Barcelona: Bonano; Puyol, Abelardo, Frank de Boer, Reiziger; Rochemback, Xavi, Cocu; Luis Enrique (Motta, m. 87); Kluivert (Gabri, m. 69) y Saviola. Goles: 1-0. M.8. Galletti retrasa para Aragón, quien agarra un gran remate desde fuera del área que se cuela por el primer palo. 1-1. M. 42. Cocu toca para Xavi, quien profundiza hacia Luis Enrique, y el asturiano cruza la pelota para el remate de Saviola. Árbitro: Undiano Mallenco, navarro. Mostró la tarjeta amarilla a Pablo, José Ignacio, Rochemback, Rebosio y Gabri. La Romareda. Unos 20.000 espectadores. Los juadores del Barça llevaron brazalete negro por la muerte del exjugador azulgrana Manuel Oro.

Más información
Ambiente hostil en La Romareda
'Es difícil concentrarse con la lista de bajas y lo de Van Gaal'
El Barça, derrotado y dividido
Gaspart se decide por Van Gaal
As.com:: Las noticias del Barcelona
Estadistadio: Las estadísticas de toda la jornada
As.com:: La clasificación

No había manera de que el Barcelona le cogiera el hilo al partido. Defendía mal y no sabía como atacar ante la falta de fútbol asociativo, de energía, de clarividencia, como si el futuro inmediato no fuera con los jugadores en escena, distraidos por la publicación de la lista de bajas en caso de que Van Gaal vuelva a recalar en el Camp Nou. Únicamente Kluivert se asomaba en el balcón del área e incluso se perfiló bien en un par de remates, pero otra vez le perdió la falta de puntería.

A la ineficacia ofensiva barcelonista, se unió la ya conocida inconsistencia defensiva, pues Drulic tuvo el segundo gol en la punta de la bota. La intervención de Bonano resultó de nuevo decisiva para mantener a su equipo en el partido. La cancha, muy resbaladiza por el agua, tampoco ayudaba al Barça a precisar su juego para suerte del Zaragoza, que se desplegaba con soltura, liberado, tranquilo Pero justo cuando el equipo de Rexach parecía más fuera de partido, Xavi pintó una jugada preciosa: tomó la pelota de Cocu, habilitó a Luis Enrique con un toque profundo y el asturiano la dejó para Saviola, que definió con gran precisión. Pero el empate no serenó a los azulgrana, que atraparon el tunel de vestuarios en el descanso tirándose los trastos por la cabeza, o al menos eso pareció por los gestos de Rochemback, Abelardo y Puyol.

Al Barça le animaba, en cualquier caso, la facilidad con la que podía rematar sin necesidad de armar la jugada, más que nada por la poca organización defensiva del Zaragoza. El árbitro, por ejemplo, le birló un penalti clamoroso de Lainez a Kluivert, cuya teatralidad le hizo una mala pasada ante los ojos del árbitro. El Zaragoza se partió por la mitad y dejó el encuentro a merced del Barcelona, que más que sentenciar el encuentro y poner a buen regazo su clasificación europea, procuró guardar la pelota, matar la contienda, dejar que transcurriera el tiempo sin más.

Solamente los cambios alteraron el paisaje en determinados momentos. Lo demás era pasar el rato, salvo cuando la pelota acababa a los pies de Rochemback. El brasileño se empeñó en rematar desde cualquier posición, sin atender a nada ni a nadie, tal que fuera un extraño en un colectivo que buscaba antes que nada conservar y controlar el balón.

La actitud barcelonista encrespó a la afición aragonesa, que además vio en la salida de Cani, un fino futbolista del filial, un motivo más para procurar tocarle las narices a los barcelonistas. Cani le tiró un caño a Reiziger nada más debutar y después habilitó a Cuartero con un taconazo, dos gestos técnicos que supusieron aire fresco ante la monotonía que imponía el Barcelona. Las cosas llegaron a tal punto que la hinchada comenzó a cantar: '¡Campeones, Campeones, Campeones!'. Y luego: '¡Que bote Solans! [presidente del Zaragoza]'. Una burla a lo ocurrido durante un curso muy difícil en La Romareda. Tampoco en el Barça el asunto pintaba bien. A Rexach le entró el canguelo y dio entrada a Gabri en sustitución de Kluivert, quien, disgustado, se quitó la zamarra de mala gana, tan cabreado que el entrenador le instó a que se le volviera a poner y se sentara en el banquillo.

A excecpción de un remate de José Ignacio al larguero, el partido ya no dio para nada más que para anéctodas y silbidos, sobre todo por el quehacer barcelonista, empeñados todos los jugadores en amarrar un cuarto puesto que les permite alcanzar la próxima Copa de Europa. Un final triste, aliviado al final por la derrota del Celta, pero a tono con el año.

José Ignacio, en primer plano, delante de Puyol.
José Ignacio, en primer plano, delante de Puyol.CARLES RIBAS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_