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Reportaje:

Más garantías en los coches usados

Decidir la compra de un coche de segunda mano exige dedicarle tiempo a la operación si se quieren evitar problemas. Los vehículos usados son más baratos por una razón muy sencilla: tienen menos vida útil que uno nuevo. Este detalle convierte su estado de conservación en el aspecto clave a vigilar: de él dependerá el mayor o menor riesgo de sufrir averías y sus consiguientes molestias. Afortunadamente, la garantía de seis meses es ya obligatoria en España para casi todos los vehículos vendidos por profesionales y probablemente se ampliará a 12 meses antes de fin de año. Pero no afecta a las operaciones entre particulares.

Los seminuevos, más interesantes

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El año pasado se vendieron en España 1.133.000 coches de segunda mano, 0,8 unidades por cada uno nuevo, según Ganvam, la asociación nacional. Sin embargo, estas cifras quedan muy lejos de las de Francia, 5.100.000 (2,39 por cada coche nuevo), Gran Bretaña, 6.800.000 (2,76) y Alemania, 7.200.000 (2,18), según las conclusiones de un reciente estudio realizado por Eurotax.

Los modelos preferidos en España en las ventas de profesionales a particulares son los de menos de dos años. Representan el 29% del total y reflejan el auge del leasing y el renting como sistema de compra en las flotas de muchas empresas. Estos coches son los más interesantes: los acuerdos suelen incluir el mantenimiento y están casi siempre en buen estado. Además, como los contratos de sustitución tienen una vigencia de dos o tres años, aportan al mercado un flujo cada vez más importante de modelos seminuevos.

El 46% se vende entre particulares

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Las ventas entre particulares ascienden al 46% del total, un 37% se vende en las redes comerciales de las marcas, y el 17%, en compraventas. Pero el aumento de la profesionalidad y las mejores garantías de estos dos últimos canales están aumentando su porcentaje de ventas en detrimento de las de particulares.

Los compradores españoles prefieren coches pequeños y medios. El 49% elige utilitarios, con los Ibiza y Fiesta como líderes destacados. Les siguen los compactos (38%), con los Golf y Astra como protagonistas. Y después, las berlinas medias (10%), con el Seat Toledo y el Audi A4 entre los más solicitados.

PAPELES EN REGLA

- DOCUMENTOS Y REQUISITOS El primer paso para evitar problemas en la compra de un coche usado es comprobar que toda la documentación esté en regla. Éstos son los documentos necesarios para la transferencia: - - Permiso de circulación. - - Tarjeta de Inspección Técnica de Vehículos (ITV) para los coches con más de cuatro años. - - Último recibo del impuesto municipal de circulación. - - Recibo original del impuesto de transmisiones patrimoniales. - - Verificar que el número de chasis (normalmente está debajo del asiento del conductor) coincida con la documentación.ø También conviene solicitar a Tráfico información sobre multas o embargos pendientes. Además, los impresos de transferencia deben ir firmados por el vendedor y el comprador, y hay un plazo de 10 días hábiles para presentar la documentación en la Jefatura Provincial de Tráfico correspondiente. Y si el vendedor adquirió su coche con financiación a plazos conviene que solicite a la entidad financiera un certificado en el que se indique que está libre de cargas.

Revisión exterior

Una revisión rápida de la carrocería sirve para verificar el estado de conservación y sobre todo para detectar si se ha reparado o ha sufrido algún golpe estructural. Éstos son los puntos más significativos: - Perfil de la chapa Debe ser uniforme. Irregularidades y cambios de tono en la superficie indican reparaciones. Para cerciorarse se pasa un imán, y si no se adhiere a la chapa es que hay masilla bajo la pintura. - Ranuras de puertas y capó Tienen que estar alineadas. Las desigualdades reflejan colisiones fuertes que han descuadrado la estructura. Observar también las de la tapa del maletero. - Bajos y pasos de rueda Buscar fugas de aceite y señales de corrosión, ambos perjudiciales. Los golpes en los brazos de suspensión y la parte inferior del motor adelantan que el propietario ha sido poco cuidadoso. Los bordillazos en las llantas son también una mala señal. - Altura al suelo Colocar el coche en una superficie plana para comprobar que no está caído hacia ningún lado. De lo contrario puede alertar sobre una suspensión defectuosa, anclajes deteriorados e incluso daños estructurales. - Neumáticos El desgaste debe ser uniforme a lo ancho y largo de la banda de rodadura. Si no es así puede haber fallos en la alineación de las ruedas o una amortiguación muy deteriorada. Los desgastes irregulares en la rueda de repuesto son muy significativos. - Motor Abrir el capó y revisar los líquidos (aceite, refrigerante) y el estado de las correas (sin grietas). Y también el aspecto general. Si alguna pieza (batería, manguitos...) está más limpia que las demás es que se ha cambiado. - Historial mecánico Permite comprobar si el coche ha tenido el mantenimiento recomendado por el fabricante. Cotejar las revisiones con las que marca el manual del coche.

Un vistazo al interior

El interior del coche aporta también informaciones importantes. Basta revisar una serie de elementos claves para calcular el kilometraje. Éstos son los fundamentales: - Gomas de los pedales Las fundas de goma de los pedales delatan el kilometraje. Si la del freno no tiene casi dibujo en la esquina inferior derecha es probable que supere los 100.000 kilómetros. Y también si está nueva. - Tapicerías y asientos Las tapicerías deterioradas reflejan kilometrajes elevados o un uso descuidado. La consistencia del mullido debe ser similar en los dos asientos delanteros. Si el del conductor está más cedido es que el coche tiene mucho uso. - Intensidad de la iluminación Una iluminación poco intensa en la instrumentación indica que el coche puede tener más de 100.000 kilómetros. - Cinturones de seguridad El mecanismo de extensión debe funcionar correctamente. - Volante gastado Un volante sin rugosidad o con brillos y zonas gastadas anuncia que el coche ha recorrido más de 150.000 kilómetros. - Tornillos manipulados Las muescas y brillos en los tornillos del salpicadero o el cuadro de instrumentos señalan que se ha manipulado, posiblemente para reducir los kilómetros. - Sistema de ventilación Si al conectar la calefacción sale poco aire caliente, el sistema de refrigeración está deteriorado. - Juntas de goma El estado de las juntas de goma de las puertas, ventanillas... también refleja el estado del coche.

La prueba definitiva

Una vez comprobada la documentación, el estado exterior y la revisión interior llega el momento de la verdad: la prueba. Conducir el coche que se va a comprar es un paso imprescindible antes de adquirirlo. Y si no se tiene experiencia conviene hacerlo con alguien que entienda un poco. Éstas son las operaciones que hay que realizar siempre. - Antes de arrancar Tocar el capó del motor. Si está caliente, se ha arrancado antes y puede denotar problemas de puesta en marcha. Esperar a que se enfríe para volver a arrancar. - La puesta en marcha Debe responder a la llave al primer intento. Si falla o hace falsos contactos, tiene problemas en el motor de arranque. Y si le cuesta o gira con pereza, la batería no está en buenas condiciones. Los diésel que tardan en arrancar en frío suelen tener muchos kilómetros. - Humos del escape Nada más arrancar conviene mirar el humo que sale por el escape. Si es muy negro, la combustión es mala (puesta a punto o desgaste), y se es azul, gasta aceite: el motor puede estar en las últimas. - El embrague Para comprobar su estado se puede acelerar con el freno de mano puesto: si no se cala, puede ser porque patina el embrague. El siguiente paso: acelerar y frenar a la vez en una marcha larga. Si el motor se revoluciona sin ganar velocidad, el embrague está mal. - La fuerza del motor Acelerar a fondo en cuarta o quinta a 40 o 50 km/h. Si le cuesta recuperarse o da tirones, mala señal: el motor está fatigado. - Dirección Las holguras en el volante o la falta de una respuesta inmediata en las ruedas cuando se gira la dirección denotan un mal estado de las rótulas. Además conviene circular en una zona recta, dejar de acelerar y apartar ligeramente las manos del volante. Y repetir la operación acelerando. Si el coche se va a un lado, puede haber fallos en la alineación o daños estructurales. - La suspensión Empujar hacia abajo en cada esquina de la carrocería. Si recupera enseguida la posición normal, la suspensión está bien; si sigue balanceando, los amortiguadores están gastados. Los ruidos y chasquidos al pasar por zonas de baches también lo confirman. - Los frenos Frenar en línea recta con decisión, pero con precaución. Si el coche se va a un lado, los frenos están desequilibrados; si vibran o retiemblan, están mal los discos.

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