Los controles en un tramo 'negro' de la N-I reducen los accidentes a la mitad
Los accidentes en el tramo de la carretera N-I entre San Sebastián y Andoain y en la variante donostiarra de la autopista A-8 se han reducido a la mitad desde la implantación, en enero pasado, de limitaciones de velocidad y la prohibición a los camioneros de realizar adelantamientos en este tramo.
La Diputación de Guipúzcoa ha logrado con estas medidas reducir la alta siniestralidad de uno de los puntos negros de la red viaria principal de esta provincia.
La amenaza de fuertes sanciones económicas -hasta 301 euros- por superar el límite de velocidad de 80 kilómetros por hora en el trayecto de 15 kilómetros de distancia entre San Sebastián y Andoain ha disuadido a los conductores y calmado notablemente la densa circulación que soporta día a día la N-I y la A-8 a su paso por la capital guipuzcoana.
El director de Carreteras de la Diputación, José María Sarasola, confirma que esta medida y la prohibición de adelantamiento entre camiones 'han reducido la conflictividad de esta carretera', con un descenso 'importante' de los accidentes de tráfico. 'Si el año pasado se produjeron cerca de 150 accidentes entre enero y abril, durante los últimos cuatro meses los siniestros han bajado a la mitad', explica.
La implantación de estas restricciones, consensuadaas con la Dirección de Tráfico del Gobierno vasco, se adoptó a raíz de unas recomendaciones realizadas por especialistas de la Universidad de Valencia. Este equipo de expertos propuso la necesidad de establecer limitadores de velocidad y la colocación de radares en el área periférica de San Sebastián de la N-I en dirección a Vitoria, donde diariamente circulan 90.000 vehículos en las horas punta.
Sarasola asegura que la reducción de la velocidad a 80 kilómetros por hora ha tenido un efecto 'muy positivo'. Reconoce que 'la adaptación de los conductores es lenta', por lo que 'la eficacia de las medidas se observará con más claridad en un plazo de tiempo más largo'. No obstante, constata que este año no se ha registrado ningún accidente mortal en este tramo, frente a los tres fallecidos en esta carretera durante los cuatro primeros meses del año pasado. Y también se ha puesto de manifiesto que la gravedad de las colisiones y salidas de la vía ha sido mucho menor. Otro dato que avala el éxito de esta decisión, apunta el director foral de Carreteras, es el descenso considerable (más del 60%) de los daños ocasionados en los elementos de la carretera (vallas, señales, firme...) respecto a 2001.
Respecto a las nuevas exigencias para los camioneros, que no pueden adelantarse para evitar las retenciones, Sarasola afirma categórico que 'se ha producido un altísimo grado de cumplimiento' por parte de estos profesionales. Arantza Arozena, la secretaria general de Guitrans (la patronal del transporte de Guipúzcoa), sostiene que los conductores de vehículos pesados han recibido 'con agrado' estas medidas, fundamentalmente porque 'han disminuido la agresividad en la conducción y evitado muchos accidentes'. Arozena asegura que el colectivo al que representa 'no ha puesto ninguna queja' a las restricciones al considerarlas 'beneficiosas' para el tráfico. No obstante, reclama 'mayor presencia policial en este tramo' para lograr 'un mayor cumplimiento de las normas de circulación'. En este sentido, la Ertzaintza tiene instalados radares fijos a la altura del barrio donostiarra de Añorga y, además, realiza vigilancias mediante unidades móviles.
El buen resultado logrado con estas medidas, sin embargo, no acarreará la ampliación de las restricciones en la N-I más allá de Andoain. Sarasola descarta esta posibilidad porque 'los tráficos caen drásticamente conforme se alejan de San Sebastián'. Estas medidas, dice, están pensadas para puntos donde existe mucha densidad de tráfico entre la capital y los pueblos colindantes. 'En Andoain, muchos vehículos toman la autovía A-15 hacia Pamplona, con lo que el tráfico baja bastante'.
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