De la amenaza de los peces exóticos a la rolliza raza charolesa
El sector de la industria agroalimentaria mueve cada año 4,2 millones de euros y genera 26.000 puestos de trabajo, según anuncian desde la Dirección General de Agricultura. La ganadería es pequeña en la región de Madrid, pero su fuerza reside en la industria de la transformación. En Madrid existen cerca de 30.000 cabezas de ganado, entre animales reproductores y crías. En un año, una vaca madrileña puede producir 10.000 litros de leche de promedio, aunque hay algunas que alcanzan los 16.000 litros.
'El único caso de vaca loca que se ha registrado en Madrid fue controlado', asegura el gerente del Instituto Tecnológico de Desarrollo Agrario, 'y desde entonces ningún animal ha vuelto a padecer la enfermedad'.
El instituto posee un centro de control (testaje, en argot técnico) que ya dispone de la más avanzada tecnología. El peso de las vacas es controlado a través de un microchip que hace las veces de identificador del animal. 'Cuando la vaca pasa por el control, gracias al microchip que se le ha introducido, el ordenador nos dice qué ha comido y en qué cantidad', explica Delgado.
La especie vacuna estuvo representada en la exposición por animales de las razas charolesa, limousín, avileña negra ibérica y frisona. Claro que tampoco faltaron los especímenes acuáticos: en la feria se reprodujeron distintos ecosistemas que varían dependiendo de las condiciones de los ríos en cada tramo.
La muestra incluía los denominados peces exóticos, una de las principales amenazas para la conservación de los autóctonos. El pez lucio, el black bass, el pez sol, el gobio, el pez gato, la carpa y la gambussia constituyen los principales riesgos para la población de los ríos madrileños.
Para completar la feria, la Comunidad dedicó un pabellón para dar a conocer los mejores sitios rurales de la geografía madrileña, muchas veces olvidados pese a que en algunos casos se hallan a pocos kilómetros de la gran capital.
