Un fuego intencionado destruye una iglesia evangélica rumana en Madrid
La Guardia Civil sospecha de un grupo neonazi de Arganda del Rey
Los cerca de 400 fieles de origen rumano de la iglesia evangélica Emmanuel, de Arganda del Rey (Madrid), no pudieron asistir ayer al culto porque unos desconocidos calcinaron el templo. La Guardia Civil no descarta que detrás del incendio se halle algún grupúsculo neonazi de esta localidad. Semanas antes de Navidad, las fachadas del templo amanecieron plagadas de amenazantes pintadas xenófobas abanderadas por cruces gamadas. 'España es nuestra; vais a morir putos inmigrantes; ladrones, venís a quitarnos el trabajo', arengaban las pintadas.
Dos relojes colgados de las paredes del templo, detenidos a las 5.45 horas, marcaban ayer la hora del siniestro. Los bomberos combatieron las llamas durante una hora, pero no pudieron envitar la devastación del templo, situado en la calle de Sepulcro.
Las primeras pesquisas apunta a que los asaltantes irrumpieron en el recinto tras arrancar las rejas de hierro que cubren una ventana situada en la fachada derecha del recinto. Es previsible que los incendiarios amarrasen una cuerda gruesa o una cadena a la reja y tirasen de ella con la ayuda de un coche.
Dentro del templo, el incendio presentaba tres focos, atizados probablemente con líquido inflamable: uno afectó a una docena de las cerca de cien sillas que componen la zona del coro; otro devastó el equipo de sonido del recinto y el tercero calcinó las aulas destinadas a los más de 100 niños que periódicamente acuden al lugar.
El templo, habilitado hace tres años sobre 500 metros de una antigua nave industrial, quedó parcialmente devastado. Paredes agrietadas y tiznadas, enseres y libros religiosos calcinados... Dentro, todo era desolación, la misma que reflejaban los rostros de los feligreses que se congregron ayer a las puertas del templo.
Anchidim Aumitru Ros, ayundante del pastor y representante legal de esta iglesia, cifró los daños en 'unos cuatro millones de pesetas'. Los fieles habían instalado recientemente aire acondicionado en la nave y restaurado sus instalaciones para acomodarlas al servicio religioso. 'Estábamos pensando en asegurar la instalación, pero aún no lo habíamos hecho', explicaba ayer, cabizbajo, el ayudante del pastor.
Agentes de la Guardia Civil y la policía científica se desplazaron al lugar para investigar lo ocurrido y tomar huellas. De momento, no hay detenciones, pero la sombra de algún grupo ultraderechista de Arganda levitaba entre los feligreses.
Entre los fieles que se citaron ayer a las puertas del templo destruido por las llamas no hubo gestos ni de ira ni de venganza. Sí de impotencia y resignación, pese a que no es la primera vez que algún grupo neonazi, parapetado en coches, se acerca hasta los aledaños del templo para proferir insultos xenófobos y amenzas de muerte.
Nada más tener conocimiento del siniestro, se desplazó al lugar Mariano Blázquez, representante en España de la Federación de Entidades Evangélicas de España. Blázquez condenó el atentado y pidió 'ayuda y colaboración al Ayuntamiento de Arganda [gobernado en coalición por el PSOE e Izquierda Unida] para restaurar el templo o construir uno nuevo.
La colonia rumana de Arganda la integra un millar de personas. La mitad pertenecen a la iglesia evangélica; y la otra, a la ortodoxa. Entre los evangélicos, explicó Blázquez, 'hay arquitectos, docentes, ingenieros, aunque aquí trabajan en lo que se puede'.
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