Severa recompensa
Después de escuchar a Konitz, hasta el parco ascetismo de Bley se antojó un vergel. Quienes esperaban una melodía familiar tuvieron que esperar a que el dúo atacase algo que pareció ser Sweet & lovely. Por supuesto, la versión no fue dulce. Muy al contrario, rebuscaron en los dobleces rítmicos más recónditos y negociaron hasta las últimas y más arduas implicaciones armónicas. Más reconocibles resultaron las melodías clásicas de Indian summer, Cherokee y Lady Bird. Sorprendentemente, Konitz pidió la colaboración del público para darle sentido al título de su propina, Alone together, y Bley atacó un I love you Porgy. Concesiones mínimas de dos músicos que han labrado su prestigio, precisamente, evitándolas.
Babelia
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