'El hermano pobre del cine es el documental'

La Universidad de Alicante ha sido escogida para realizar uno de los cursos nacionales más prestigiosos sobre el análisis y estudio del documental, una de las modalidades del género televisivo y cinematográfico. La pretensión es formar en la Comunidad una generación de guionistas, redactores productores y realizadores de un género considerado desde sus inicios por el sector audiovisual como el hermano pobre. Así lo afirma Claudia Raussell, codirectora de la tercera edición del curso teórico-práctico de Documental para Cine y Televisión que, en colaboración con la Fundación para la Investigación del Audiovisual de la Universidad Menéndez Pelayo, hoy se inicia en el campus de Sant Vicent del Raspeig.

Pregunta. ¿Cuál es el motivo de elegir Alicante como sede de este curso?

Respuesta. No podemos perder de vista que Alicante acogerá la Ciudad del Cine, un proyecto que puede dar salida a estos profesionales.

P. ¿A quién va dirigido este ciclo?

R. Principalmente, el curso está enfocado para los profesionales del sector audiovisual. De cualquier modo, pueden acceder a él todos aquellos que tengan una cierta inquietud por este medio.

P. Pese a su corta vida, el curso auspiciado por la Fundación para la Investigación del Audiovisual comienza a tener repercusión notable fuera de la Comunidad.

R. Efectivamente, los profesores que imparten los cursos son ineludibles referentes del documental español. Entre ellos, figuran Javier Rioyo, Esteve Rimbau, Joaquín Jordá, Félix de la Nuez, entre otros.

P. Aparentemente, el documental es un género con poco arraigo en las televisiones generalistas, y prácticamente olvidado por la industria del cine.

R. Es cierto. Los organizadores de los premios audiovisuales deben crear un galardón específico que reconozca a los documentales. En estos momentos, este género compite en los festivales con las películas de ficción, lo que complica aún más la promoción de este género.

P. El panorama no es, por tanto, muy halagüeño para los futuros profesionales. ¿Existe una salida real para ellos?

R. Absolutamente. Hay que tener en cuenta que el nivel intelectual de los espectadores cada vez es más alto. La demanda de este género es tangible, sobre todo en la televisión. Así lo refleja la proliferación de canales temáticos que se nutren exclusivamente de documentales.

P. ¿Qué facultades debe tener un buen profesional del documental?

R. Es imprescindible poseer una buena concepción de la imagen, ya que es el soporte básico de este género. Pero el guión también es vital. No olvidemos que una de sus funciones esenciales es informar.

P. ¿Cuáles son los ingredientes necesarios para que un documental tenga una buena acogida por parte del público?

R. La originalidad es un buen elemento de enganche, pero la temática ha de ser interesante. Lo que sí es cierto es que los documentales que han contado con una excelente acogida por parte del público están basados, sobre todo, en la belleza de la imagen.

P. Da la sensación de que un buen trabajo precisa de un importante desembolso económico.

R. Pero realmente no es así. No tienes por qué marcharte a Afganistán para hacer un excelente reportaje. Las costumbres, las tradiciones, la geografía de cualquier colectivo puede ser materia, si se encara con creativad, de un documental.

P. ¿En qué nivel situaría el documental que se produce en la Comunidad?

R. Hay trabajos de mucha calidad, pero lamentablemente pasan inadvertidos. En los últimos años, hay un afán por dar prestigio de este género televisivo, aunque evidentemente siempre faltan medios para difundirlo con éxito.