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El histórico Kursaal de Manresa se convertirá en un moderno teatro

El teatro Kursaal de Manresa empieza hoy una nueva historia: la que debe convertirlo en el principal escenario de la ciudad y un centro de actividad cultural y artística. Tras 75 años de historia, la piqueta derribará a partir de hoy un teatro de los de mayor capacidad de España (2.000 localidades), pero que quedó obsoleto y sin las medidas de seguridad necesarias para una instalación de este tipo. Se conservarán la fachada del edificio y el patio de acceso por la puerta principal, desde el paseo de Pere III, pero se derruirá todo el interior para someterlo a un proceso de transformación integral, de acuerdo con el proyecto de los arquitectos Joan Forgas y Víctor Argentí. En el año 2006, Manresa prevé tener un nuevo Kursaal.

Manresa vivió las últimas décadas del siglo XX en un profundo debate sobre el futuro de sus instalaciones teatrales, básicamente sobre la posibilidad de dar continuidad a alguno de sus dos escenarios, el teatro Kursaal y el teatro Conservatori, o bien construir una nueva instalación. Ambos necesitan una rehabilitación a fondo y finalmente la alternativa ha sido intentar alargar la vida del Consevatori y construir un teatro nuevo, pero en el mismo sitio que el histórico Kursaal.

La nueva instalación contará con dos salas. La mayor tendrá 845 localidades distribuidas entre la platea y un anfiteatro, y en la más pequeña, con 216 butacas, podrán representarse obras de pequeño formato. Este segundo local será, a la vez, sala de ensayo. En el mismo edificio se construirán tres aulas de teatro y un bar. El escenario de la sala grande tendrá 14 metros de ancho por 10 de fondo y 7 de alto.

En el Kursaal, los habitantes de Manresa vieron las primeras películas sonoras, se identificaron con el género de la zarzuela, se agruparon generaciones con las proyecciones cinematográficas de la posguerra y vieron pasar a actores y actrices, cantantes e incluso a políticos históricos como Francesc Macià y Francesc Cambó. El sentimiento de aprecio de la ciudad por esta instalación se transformó en una campaña ciudadana para recuperar el teatro -la Comisión Kursaal-, que finalmente ha sido la que ha impulsado el reencuentro definitivo de la ciudad con este escenario.

El Kursaal, propiedad del empresario cultural Andreu Cabot y Puig, se inauguró en 1927, coincidiendo con la fiesta mayor de Manresa, con una representación de Aida, de Verdi, y cerró definitivamente en 1988. Anteanoche, más de 2.500 personas acudieron a la fiesta final de despedida del teatro.

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