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Gordon Haskell triunfa con temas que hablan de sentimientos auténticos

El músico británico sale del anonimato con 'How wonderful you are'

Gordon Haskell, antiguo bajista y actual cantante-guitarrista, se ganaba la vida tocando en pubs y pequeños locales cuando su tema How wonderful you are, editado en un sello independiente, sonó en la Radio 2 de la BBC y desencadenó un aluvión de llamadas. Ya con distribución de Warner Music, el tema y el disco al que pertenece, Harry's Bar, se han convertido en superventas en el Reino Unido y varios países europeos.

Es el último cuento de hadas de la música británica. Gordon Haskell, su protagonista, lo explica de esta manera: 'How wonderful you are es una balada con aire jazzy, de sonido clásico, y funciona como medicina. En tiempos de incertidumbre, gusta escuchar música natural que cuente sentimientos auténticos. Con las técnicas modernas de producción se ha perdido esa sensación de verdad, de músicos que se entienden con una mirada. Y es lo que yo ofrezco, lo que llevo veinte años haciendo. Por mi país y por Dinamarca, donde tuve que exiliarme por, digámoslo así, una discrepancia con la Hacienda británica'.

Pero Haskell tiene un notable historial anterior. Prefiere no hablar de su edad, pero se reconoce un hijo de la Segunda Guerra Mundial: 'Mi padre fue uno de esos militares estadounidenses que se enamoraron de muchachas inglesas. Y yo fui uno de esos chicos, como The Beatles y The Rolling Stones, que descubrimos la música de los negros estadounidenses y... ¡nos cambió la vida!'.

A mediados de los sesenta formó parte de un grupo ahora de culto, The Fleur de Lys, y compartió piso -y sesiones de grabación- con un desconocido guitarrista de Seattle, un tal Jimi Hendrix. Saltó a la primera división con King Crimson, reemplazando a Greg Lake: 'Yo había tocado con Robert Fripp cuando ambos vivíamos en Southampton. Aquella etapa fue horrible, era una reunión de neuróticos que no eran capaces de decidir qué música tocar. Suena horrible, pero el único recuerdo grato de King Crimson es la sensación de libertad al despedirme'.

Tras un disco en solitario para el reputado sello Atlantic -'lo produjo Arif Mardin en 1972, estaba en la línea de los cantautores californianos, pero no pasó nada'-, Haskell se recicló en músico de acompañamiento y conoció curiosas experiencias. 'Estuve con Cliff Richard cuando había sacado Devil woman y tenía un sonido potente; lo más emocionante fue trabajar con Tim Hardin, que era un inmenso talento pero había sido desplumado, apenas recibió nada de If I were a carpenter y aquellas joyas que cantó todo el mundo. Grabamos un disco que no se editó y murió al poco de sobredosis. Aquello me quitó las pocas ilusiones que conservaba respecto a la industria de la música. Mis héroes son Mose Allison, Dr. John, Boz Scaggs: gente que lo ha pasado muy mal pero no renuncia a las grandes canciones, a desarrollar un estilo personal'.

Insiste en que no hay nada degradante en tocar en recintos modestos. 'Es como tirarse a una piscina, nadas o te hundes. Compruebas inmediatamente que conectas y lo ratificas al final de la noche, cuando el dueño te cuenta las cervezas que ha vendido. Y te sientes como un atleta: estás en forma y sabes que vas a llegar a la meta. La única diferencia con lo que hago ahora es que puedo pagar a amigos como Robbie McIntosh y Hamish Stuart, los escoceses que fundaron la Average White Band'.

El título de Harry's Bar no hace referencia al local que inmortalizara Ernest Hemingway y otros exiliados yanquis: 'Hay muchos Harry's Bar: en París, en Venecia y hasta en Berlín, donde yo he tocado. Pero el mío es un lugar de la imaginación, un club donde no te ponen pegas en la puerta. Un refugio para corazones heridos donde la música solo aspira a animar, curar, reconfortar'.

Gordon Haskell.
Gordon Haskell.ÁLVARO FELGUEROSO
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