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Crítica:Audi A2 FSI
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Potencia y bajo consumo

Más limpio, económico y con un toque deportivo. Audi amplía la gama del A2 con un motor de inyección directa de gasolina. Se llama FSI, es un 1.6 16v. de 110 CV y llegará e España en junio con un precio de 19.000 euros. Pero sobre todo destaca por su bajo consumo.

La versión FSI permite al pequeño monovolumen alemán contar con una mecánica más rápida para competir con las versiones superiores de otros utilitarios de prestigio, como los Mercedes Clase A, Mini... Además, completa una gama limitada hasta ahora a tres motores: 1.4 gasolina (75 CV) y dos turbodiésel, 1.2 TDI (61 CV) y 1.4 TDI (75 CV).

Prestaciones y medio ambiente

El A2 FSI es el primer Audi que monta de serie un motor de gasolina con inyección directa. Y esta solución, unida a una carrocería de aluminio y un peso muy ajustado (995 kilos), le permite ofrecer unas prestaciones brillantes con un gasto de combustible muy bajo para lo que corre. Acelera de 0 a 100 km/h. en 9,8 segundos y alcanza 202 km/h. Pero tiene un consumo medio de sólo 5,9 litros, aunque se recomienda utilizar gasolina extra (98 octanos) para obtener el mejor rendimiento. Y con un depósito de 42 litros consigue una autonomía de 700 kilómetros. Además, el A2 FSI incluye una avanzada técnica de depuración de gases y cumple ya las normas europeas sobre emisiones previstas para el año 2005.

El nuevo A2 incluye también ligeros retoques estéticos para afinar la aerodinámica: aletas delanteras y alerón trasero más grandes. Además, lleva suspensiones más duras y frenos de disco traseros para adaptarse al aumento de prestaciones. El equipo de serie incluye cuatro airbags, ABS con EBD, control de estabilidad ESP, llantas de aleación, climatizador automático y otros detalles.

Tecnología victoriosa

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La inyección directa de combustible ha triunfado en los turbodiésel, pero está empezando a generalizarse en los motores de gasolina. Esta tecnología, que reduce consumos y emisiones, es un paso intermedio mientras llegan carburantes y soluciones más limpias (células de combustible, hidrógeno...). La marca alemana había utilizado ya motores FSI en el Audi R8 que ganó las 24 Horas de Le Mans en 2001: su menor consumo permitió reducir el número de repostajes y fue clave para asegurar la victoria. Esta participación supuso un primer paso antes de la implantación en modelos de serie.

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