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Columna
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Alimentando a Le Pen

El ufano director general de la RTVA, Rafael Camacho, debe de ser de esa gente a la que aún, a estas alturas, le sigue haciendo gracia Jesús Gil. No es extraño si se tienen en cuenta sus aportaciones a la historia del audiovisual andaluz: María del Monte, Los hermanos Calatrava, Paco Gandía, El dúo Sacapuntas... Personajes a través de los cuales pretende, sin duda, cumplir con los principios fundacionales de la RTVA que la definen como 'cauce para el acceso a los niveles educativos y culturales que permitan a los ciudadanos de Andalucía su plena realización personal y cívica'. Pero es que -como dijo Camacho en enero del año pasado- 'la RTVA no puede aceptar el endoso de los malos gustos que puedan tener audiencias maleducadas'. Vista la programación de Canal Sur ya vamos teniendo claro qué es lo que Camacho considera de 'buen gusto'.

De buen gusto debe de ser, por ejemplo, la reposición, el lunes pasado, de un resumen de los dos programas hagiográficos que Jesús Quintero dedicó a Jesús Gil, hace no mucho, en Canal 2 Andalucía, el canal de 'calidad' de la RTVA.

Gil se ha convertido en un personaje gracias a los medios de comunicación, que han resaltado su falsa campechanía, ese gusto suyo por llamar 'al pan, pan, y al vino, vino' y por solucionar los problemas 'de dos patadas'. Gracias a los medios, Gil ha podido ganar elecciones en lugares como San Roque o Ronda sin apenas molestarse en hacer campaña electoral. Eso pasa por tomarse a broma estas cosas.

Para más escarnio, la reposición de los eructos de Gil y sus insultos a la Fiscalía Anticorrupción se producían a las pocas horas de su puesta en libertad -¿sería un homenaje?- y un día después de que, en Francia, Jean Marie Le Pen superara a Jospin en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, lo que fue considerado un drama por todos los demócratas europeos. Entre Gil y Le Pen no hay tantas diferencias. El líder ultraderechista francés también se ha visto envuelto en escándalos económicos y, durante un tiempo, fue igualmente considerado un personaje pintoresco.

Si continuamos alimentando la bicha, conseguiremos un Le Pen autóctono, más prudente que Gil, menos vulnerable a las leyes penales y, por tanto, más duradero.

Pero aún hay más. Con frecuencia, el PSOE critica, con razón, la privatización interesada que el PP ha hecho de las antiguas empresas públicas. Pero no debería de extrañarnos: aquí, puede estar sucediendo lo mismo. Así, por lo menos, me lo han dado a entender dos portavoces de la RTVA a los que he remitido un e-mail pidiendo que me confirmaran la reposición del programa de Gil -yo no lo había visto- y que me explicaran a qué obedecía. Ambos, me han remitido a Quintero. Uno de ellos fue aún más explícito: 'Son', dijo, 'asuntos que decide Jesús Quintero'. Y me dio el teléfono de su productora.

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Por lo visto, las decisiones de programación se toman fuera de la RTVA. Quizá ha comenzado su privatización y aún no nos hemos enterado. Pero no hay que alarmarse. Estas cosas tienen su lado positivo: el día en que el PP gobierne Andalucía no vamos a notar la diferencia.

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