'Hay que acercar al ciudadano las formas de expresión contemporánea'

Araceli de la Horra (Güeñes, 1962) coordina el Centro Cultural Montehermoso, uno de los polos de la creación artística en Vitoria. Pero también ha tenido tiempo de coordinar el exhaustivo catálogo que es el libro Esculturas en espacios públicos de Vitoria-Gasteiz, primero de una colección que trata de inventariar el patrimonio del Ayuntamiento de esta ciudad, que en escultura pública, marcha por delante de las otras capitales vascas, con sus 84 obras instaladas.

Pregunta. ¿Cómo surge la idea de recopilar la escultura pública?

Respuesta. En 1998, ya presentamos unos itinerarios por el espacio público. En 1999, la actual corporación quiso difundir lo que era un trabajo interno para que todos los ciudadanos tuvieran acceso al registro documental del patrimonio municipal. Hasta ahora, ha habido apuntes sobre la escultura pública en pequeños artículos, pero no había un documento riguroso que diera una constancia de todo ese patrimonio.

P. Vitoria tiene una trayectoria singular, con un interés destacado por la intervención artística en el diseño urbano.

R. Efectivamente. Ya en los años 80, un grupo de jóvenes escultores se planteó que el arte saliera a la calle y formase parte de la vida cotidiana. De este modo, dieron vida a los Talleres Abiertos de Escultura, gracias a los que se producen una serie de obras que luego se colocan en distintos espacios de la ciudad. Ahí se plantea el arte como un elemento más de la construcción de la ciudad.

P. Fue una iniciativa inédita...

R. Vitoria fue pionera con respecto a Bilbao y San Sebastián y aquella dinámica de extensión por los barrios es única. Cada año se atendía una zona de la ciudad que literalmente se cubría de esculturas realizadas por los participantes en los talleres.

P. ¿No hay cierta imposición de nuevos objetos en el paisaje urbano, sin tener en cuenta al paisanaje?

R. Es muy importante todo lo que sea acercar las formas de expresión contemporánea al ciudadano, romper la relación habitual que se establece sólo en salas y en museos. Esta labor de acercamiento debe ser muy respetuosa con el entorno y además, pedagógica.