Un pesquero se hunde al chocar con un mercante en aguas de Calp

Un barco pesquero, con cinco tripulantes a bordo, se hundió ayer a unas 18 millas de la costa de Calp (Marina Baixa) tras ser alcanzado por un barco mercante de grandes dimensiones sobre las siete y media de la mañana. Los ocupantes de otro pesquero que faenaba próximo al lugar rescataron ilesos del mar a los marineros. Capitanía marítima, dependiente de la Armada, investiga las causas del abordaje.

'Empezamos a arrojar los aros salvavidas. Uno de los pescadores estaba muy nervioso, porque la balsa neumática a la que estaba agarrado no se había abierto'. Éste fue uno de los momentos más angustiosos vividos ayer por los pescadores del barco hundido, segun relató el patrón del Francisco Aiza II, la embarcación que rescató a los náufragos.

La intervención de esta embarcación que en esos momentos faenaba en aguas próximas salvó la vida de los cinco tripulantes del Catal Roig, el pesquero de grandes dimensiones que sufrió el hundimiento. El barco naufragó en aguas de Calp (Marina Baixa) apenas unos minutos después de que el Tentor, un buque que cubría el trayecto Lisboa-Tarragona cargado con 3.000 toneladas de soja, le embistiera por circunstancias desconocidas sobre las siete y media de la mañana. La entrada masiva de agua como consecuencia de la colisión obligó a los tripulantes a arrojarse al mar. El Centro de Salvamento Marítimo de la Generalitat alertó a las embarcaciones que en ese instante faenaban en las inmediaciones para que rescataran a los pescadores.

El buque causante del siniestro también permaneció en el lugar del hundimiento, a unos veinte kilómetros de la costa, para colaborar en las labores de rescate. Salvados los cinco marineros, la autoridad marítima permitió al barco mercante -con bandera de Barbados- continuar su viaje hasta la provincia catalana, pasadas las diez de la mañana.

Los pescadores llegaron al puerto de Calp a bordo del Francisco Aiza II, sin sufrir daños físicos aunque sí presos 'de un gran susto', describió el patrón del barco que rescató a los pescadores. 'Estaban muy nerviosos y, encima, congelados. A esas horas de la mañana el agua del mar está muy fría', detalló.

El patrón del barco siniestrado y padre de uno de los tripulantes, Jesús Escribano, manifestó que una vez llegados a puerto, los pescadores fueron trasladados inmediatamente a sus domicilios y algunos de ellos precisaron la administración de tranquilizantes. 'No es para menos', prosiguió.

Fuentes de Salvamento Marítimo manifestaron que en este tipo de accidentes 'no suele haber problema' porque los pesqueros 'van juntos' y, por tanto, la respuesta de intervención es inmediata.