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El sector químico alemán cierra su convenio frente al bloqueo del metal

En lo que es un importante precedente para el desenlace del bloqueo en el convenio del sector metalúrgico, el sindicato y la patronal de la industria química alemana acordaron ayer un alza salarial del 3,3% para los próximos 12 meses. Inicialmente, los 570.000 trabajadores organizados en el sindicato de la minería, energía y química (IG BCE) habían exigido un aumento del 5,5%. A diferencia de lo que sucede con el IG Metall, que agrupa a cerca de 2,8 millones de trabajadores de la industria metalúrgica e industrial y suele ser más combativo, en este proceso no se recurrió a medidas de fuerza.

El IG BCE y el IG Metall, tradicionalmente, suelen competir por quién negocia el primer gran convenio sectorial de la industria, considerado como un referente. Tal y como ya había sucedido en 2000, el IG BCE ha vuelto a tomar la delantera. El IG Metall, entretanto, ha empezado las conversaciones con una exigencia maximalista de alza de sueldos (un 6,5%, subrayado una vez más ayer) y un considerable despliegue de fuerzas (ayer, los ceses temporales de trabajo, conocidos como huelgas de aviso, involucraron a 135.000 trabajadores). El desenlace es observado con atención por el Banco Central Europeo (BCE), que en repetidas ocasiones ha hecho llamamientos a la moderación salarial.

En sus primeros pronunciamientos, tanto el IG Metall como la patronal Gesamtmetall descartaron que el acuerdo logrado por la industria química pueda trasladarse a otros sectores. El sindicato metalúrgico ha dado a los empleadores, cuya oferta inicial para el aumento salarial es del 2%, un plazo hasta el sábado para modificar su posición. De no haber acuerdo, las regionales del sindicato el próximo miércoles podrían optar por la convocatoria de una huelga.

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