La facturación del grupo subió un 8% pese a la crisis del sector

El liderazgo de EL PAÍS y de la cadena SER, la vitalidad de la editorial Santillana y el desarrollo de nuevos negocios en el ámbito de la música, la producción audiovisual, la televisión local e Internet hacen de PRISA una compañía excepcionalmente situada para 'ganar el futuro'. Éste fue el mensaje lanzado por Jesús de Polanco en la junta general de accionistas.

Además, la compañía posee una sólida estructura y 'capacidad de resistencia a las adversidades', tal y como puso de manifiesto el consejero delegado, Juan Luis Cebrián, al desgranar las principales magnitudes económicas del pasado ejercicio.

PRISA facturó 1.197 millones de euros, un 8% más que en 2000. Su beneficio de explotación (Ebit) fue de 116 millones de euros, lo que representó una caída del 21% respecto al año anterior. El beneficio neto alcanzó los 77 millones de euros, con una disminución del 17,2%.

La recesión publicitaria y el desarrollo de nuevos negocios, en especial la expansión en la prensa y la televisión local, son las principales causas de la reducción en el margen de beneficio. Pese a todo, PRISA repartirá un dividendo de 18,7 millones de euros (9 céntimos por acción).

Cebrián destacó el liderazgo de EL PAÍS y el aumento de circulación experimentado por el periódico en la edición del domingo. La difusión media diaria fue de 433.407 ejemplares, si bien sus cuentas se vieron dañadas por la caída en un 15% de su facturación publicitaria. EL PAÍS ganó el año pasado 66,6 millones de euros, un 20,5% menos que en el ejercicio anterior.

Cebrián enfatizó el crecimiento del diario deportivo As (con una media de 181.172 ejemplares de difusión) y el avance en el ámbito de la televisión local del grupo, Localia, que ha pasado de 12 estaciones a 58. También destacó los dos millones de discos vendidos por la división de música y los más de dos millones de abonados a Sogecable.

El consejero delegado expresó su confianza en el avance de la Red. 'Estamos convencidos', dijo, 'de que Internet y los formatos digitales en su conjunto transformarán, en un plazo mucho más breve del que comúnmente se imagina, todo el sistema de producción y distribución de los medios de comunicación y las empresas culturales'.