El Tenerife se aferra al sueño de la permanencia

La permanencia en la Primera División está muy cara. Ningún equipo quiere quedarse descolgado y se emplea con sangre, sudor y lágrimas para seguir soñando. El Tenerife de Javier Clemente no es una excepción. Con mucho sufrimiento consiguió ayer una victoria que se le resistía desde hace algunas semanas y, además, lo hizo como nunca: remontando un resultado adverso.

El Betis, mejor colocado y con una diferencia de calidad casi insultante, se plantó con toda su artillería y muy pronto demostró el porqué de su larga racha sin perder. La línea del centro del campo, con Capi, Benjamín, Denilson y un fantástico Joaquín, trenzaba una y otra vez combinaciones que ponían en evidencia las carencias del equipo insular. El Tenerife parecía incapaz de devolver el golpe en forma de gol dado por los de Juande Ramos a las primeras de cambio, aunque, a base de empujones, con más voluntad que eficacia, lograron equilibrar el dominio.

Con el partido abierto a todo riesgo, llegó el gol de Fuertes tras el saque de una falta, pero todavía quedaba mucho tiempo por delante. Había que decidir si aguantar el resultado o mantener el ritmo atacante. A la vista del desgaste local y del potencial del Betis, Clemente decidió finalizar el partido con tres centrales y reforzar el centro del campo con un hombre de refresco, Jaime.